VALENCIA, 5 May. (EUROPA PRESS) -
L'Octubre Centre de Cultura Contemporània rescata "el nacimiento de la modernidad" que supuso Andreu Alfaro al romper con la España gris de los años 50 mediante en una exposición que recorre sus incursiones por la fotografía, el diseño gráfico, el diseño industrial y la publicidad que cultivó antes de centrase en la escultura.
El comisario de la exposición, Daniel Giralt-Miracle, acompañado por el hijo del artista, Andrés Alfaro, han presentado este miércoles esta muestra, que podrá verse en el l'OCCC hasta el 30 de junio, en la que reflejan "el primer Alfaro". "No es una parte, sino todo Alfaro", sintetiza el comisario.
Así, la muestra, titulada 'L'altre Alfaro', selecciones 300 obras del Premio Nacional de Artes Plásticas que tributan su aportación a la cultura visual de la segunda mitad del siglo XX con las que, solo o en equipo, "dotan de modernidad al país" gracias a su "lenguaje comunicativo innovador" y su "espíritu modernizador".
En la primera planta se reúnen una selección de trabajos de diseño industrial de este valenciano nacido en 1929 en la se plasma su modernidad en el uso de materiales y a través de "un lenguaje gráfico y plástico basado en la geometría". 'La ducha palmera', 'La Puerta de la Expo 92' o la valla de su casa en Rocafort (Valencia), la Puerta de la Bienal de Venecia son ejemplos de ello, pero también en su diseño de alfombras, ceniceros o sillas. "Se ve cómo entendía el artista que el diseño es parte del ámbito urbano", explica Giralt-Miracle.
La exposición continúa en el sótano del centro con una muestra de acercamiento a la publicidad, el diseño gráfico, de producto y la fotografía. Así, se repasa su contribución a la innovación que realizó en publicidad a través de su agencia Publipress con la que rompe con la imagen primaria que hasta entonces caracterizaban los anuncios con campañas como las de Choleck o Railite. Además, señala este historiador del arte, Alfaro era "tan buen comunicador" que él mismo sale como imagen de anuncios y protagonista de spots.
Giralt-Miracle explica que la faceta fotográfica del también Premi d'Honor Jaume I está "en sintonía con el neorrealismo italiano" ya que sus imágenes son "un reflejo de la sociedad de su tiempo" en los que retrata la miseria de barrios marginales "en blanco y negro, con enfoques originales, acusados picados y una sensibilidad estética de los años 60". También se incluyen retratos familiares más íntimos.
Por último, las incursiones de Alfaro en el diseño gráfico se dividen en su peculiar abordaje del dibujo, como plasma en carátulas de libros y discos de amigos como Raimon, Joan Fuster y portadas de revistas como L'Espill; y la geometrización de las formas que inició para los albúmenes fotográficos de la empresa de su suegro Hofmann y que están presentes en marcas y logos comerciales que creó, desde empresas como Martínez Medina, a entidades como Acció Cultural del País Valencià, teatre Moma o el IVAM, así como su propia firma.
Al respecto, ha resaltado que este hijo de carnicero fue "un hombre hecho a sí mismo" que aunque nunca estudió Bellas Artes su autoformación le llevó a "iniciar una reflexión política y socialmente independiente y comprometida en oposición al ideario impuesto por la dictadura franquista".
