"Mejorar la raza" fue una de las razones para medicalizar el embarazo en el franquismo

Archivo - Uno de los edificios de la UMH en el campus de Elche
Archivo - Uno de los edificios de la UMH en el campus de Elche - EUROPA PRESS - Archivo
Europa Press C. Valenciana
Publicado: viernes, 29 abril 2022 15:38

ALICANTE 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha concluido que "mejorar la raza" fue una de las razones para medicalizar el embarazo durante el franquismo, tras determinar que en el control del cuerpo y de la reproducción de las mujeres se convirtió en una herramienta "esencial" de la biopolítica durante la dictadura.

Se trata de un artículo del profesor de Historia de la Ciencia de la UMH Ramón Castejón Bolea y de la investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante (UA) M Teresa Riquelme Quiñonero, informa la institución ilicitana.

La investigación, publicada en la revista 'História, Cincias, Saúde-Manguinhos', ahonda en la presencia de ideas y prácticas eugenésicas durante las décadas de 1930 a 1950, en torno al problema sanitario de la sífilis en mujeres embarazadas y la sífilis congénita en España.

También analiza el papel de la organización Auxilio Social en la implantación de la vigilancia prenatal durante el embarazo y en el proceso de institucionalización y medicalización del parto. Los investigadores Castejón Bolea y Riquelme Quiñonero exponen que durante las primeras décadas del franquismo se diseñó una estrategia para asegurar hijos libres de la sífilis congénita y así impedir la "degeneración de la raza" por esta enfermedad.

En la década de 1930 y 1940, la mortalidad en los recién nacidos se achacaba a la tardanza de las mujeres en acudir a las maternidades, la escasa competencia de las comadronas y las "taras fisiológicas" del feto debido principalmente a la tuberculosis, la sífilis, la diabetes y la anemia.

En este contexto, el problema de la sífilis de las embarazadas fue enmarcado dentro de las preocupaciones eugenésicas y con un sesgo de género. Los posibles riesgos del tratamiento para las mujeres siempre quedaron en segundo plano ante la necesidad de asegurar 'productos' sanos. El estudio arroja luz en cómo estas prácticas científicas pretendían legitimar el orden existente y la política demográfica.

MÁS Y MEJORES NACIMIENTOS

Según los investigadores, después de la Guerra Civil, al régimen franquista le preocupaba el bajo índice de natalidad del país. La respuesta fue una política demográfica pronatalista, basada en la intervención del estado en la reproducción. Pero, además de lograr un incremento en el número de nacimientos, se pretendía mejorar la calidad de la población.

De acuerdo a los preceptos de la llamada 'eugenesia latina', era posible la compatibilidad de la eugenesia con el catolicismo, prescindiendo de aquellos elementos que entraban en contradicción con la norma católica.

Para los médicos falangistas, el cuerpo era propiedad de la patria mientras el médico y la medicina social tenían que ponerse al servicio de la nación y colaborar en el objetivo común de la "grandeza" de España. El franquismo consideraba a las mujeres como las principales responsables del porvenir de la raza: debían ser "fuertes y productivas" para suministrar "un gran número de hombres fuertes".

En esta época, en España había grandes dificultades para la realización fiable del diagnóstico mediante laboratorio y para el tratamiento de la sífilis. Según datos recogidos en otro estudio, de las 40.000 gestaciones sifilíticas al año que se estimaban en España, 20.000 niños se perdían durante el embarazo y otros 20.000 presentarían sífilis congénita.

De conformidad con los datos de los centros de maternología de Auxilio Social, aproximadamente entre un 2,3% y un 2,7% de las embarazadas atendidas eran diagnosticadas de sífilis. Algunas pruebas para el diagnóstico solo estaban disponibles en laboratorios de grandes poblaciones. Además, los falsos positivos y negativos de las pruebas serológicas dificultaban el diagnóstico fiable en la embarazada.

ARSÉNICO

Por su parte, los tratamientos disponibles para esta enfermedad eran el Neoarsenobenzol, que contenía arsénico, y preparados de bismuto, en combinación. La práctica médica en Auxilio Social era que tanto las mujeres con antecedentes de sífilis activa como los casos sospechosos, aún con serología negativa, debían ser tratados. Esto implicaba que cualquier futura madre sospechosa de sufrir sífilis sería sometida a tratamientos arsenicales y con bismuto.

Los autores explican que estos tratamientos eran largos, tóxicos y conllevaban efectos adversos importantes; en algunos casos, la posibilidad de muerte. Evitar que la descendencia fuera de "baja calidad" se anteponía al peligro para la salud de la madre que suponía la toxicidad de los tratamientos.

Paralelamente, el estudio de la UMH concluye que el incremento de la vigilancia médica prenatal y de la asistencia sanatorial del parto dentro de las instituciones de Auxilio Social se vinculó a una disminución importante de la mortalidad materna y de la mortalidad perinatal y neonatal en España.

La organización franquista se centró en los cuerpos de las mujeres más que en los aspectos morales o ideológicos y contribuyó al proceso de medicalización del embarazo y del parto durante las décadas centrales del siglo XX. Como consecuencia, las mujeres pobres, la mayoría pertenecientes a las perdedoras de la Guerra Civil, se beneficiaron de la mejora de la atención materno-infantil y se incorporaron progresivamente a este proceso de medicalización.

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