VALENCIA, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Miles de personas se manifestaron hoy en Valencia --30.000, según la organización-- para protestar contra los recortes salariales incluidos en el plan extraordinario del Gobierno central para acelerar la reducción del déficit público. Algunos de estos manifestantes secundaron también la huelga general convocada hoy por CCOO, UGT y CSI·F, a la que se sumaron posteriormente otras organizaciones sindicales.
También se celebraron manifestaciones en Alicante, donde acudieron 10.000 personas, según las organizaciones sindicales, y 5.000, según la Policía Nacional, así como en Castellón, donde la cifra de los sindicatos fluctúa entre las 7.000 y las 8.000 personas, mientras que la Policía Local cifró la participación en 2.400 manifestantes.
La marcha en la ciudad de Valencia comenzó pasadas las 18.30 horas en la plaza de San Agustín. A partir de ahí, discurrió lentamente por periodista Azzati y desembocó en la Plaza del Ayuntamiento. Tras rodearla, los manifestantes enfilaron, al ritmo de pitos y petardos, la calle de las Barcas y finalmente arribaron a la calle Colón, en concreto, a la plaza Pinazo, donde representantes de los sindicatos convocantes --CCOO, UGT y CSI·F--, leyeron un manifiesto conjunto.
Antes de comenzar la marcha, los representantes sindicales, situados tras una pancarta de 10 metros, en la que se leía: 'Las trabajadoras y trabajadores no somos culpables de la crisis. ¿Por qué tenemos que pagarla?', consideraron el día de huelga del sector público un "éxito" y destacaron que el resultado es "muy satisfactorio", ya que la participación alcanzó el 70 por ciento.
El secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT-PV, Luis Lozano, lamentó la rebaja del 5% de los salarios de los funcionarios públicos y la congelación de las pensiones, medidas que tachó de "injustas" porque "recae el peso de la crisis sobre los que no la han provocado" y explicó que "no son equitativas" por que "no paga más el peso de la crisis quien más tiene". Además, aseguró que "no va a servir para nada" pues "no va a solventar el paro".
Por su parte, el presidente autonómico de CSI·F, Daniel Matoses, calificó los ajustes del Ejecutivo de "ineficaces, injustos, inadecuados y no van a servir para nada". En todo caso, dijo, "servirán para agrandar más la crisis porque retraerá más el consumo". "Este Gobierno no tiene ni ideas, ni imaginación, ni ganas de llevar a cabo ideas buenas", criticó.
"SENTIDO INVERSO DE LO QUE SE PRETENDE"
Por último, el secretario general de CCOO-PV, Francisco Molina, señaló que la huelga es "la expresión de un fracaso" y aseguró que el Real Decreto que establece los recortes salariales afecta a "la parte más débil", es decir, "a lo empleados públicos, a los pensionistas, a los dependientes". A su juicio, las medidas "generarán más precariedad, menos posibilidades y congelación del consumo", por tanto, se logrará "el sentido inverso de lo que se pretende", recalcó.
Al final del recorrido, en la plaza Pinazo, se estableció un escenario y un atril donde los representantes sindicales leyeron un manifiesto. El documento expresa su apoyo a la huelga y rechaza "la campaña de descrédito sobre lo público y sobre el personal funcionarios". En este sentido, hace hincapié en que la "inmensa mayoría" de este personal "se puede considerar mil eurista, ya que más del 60% no superan los 1.500 euros en bruto".
Asimismo, advierte de que el Gobierno "renuncia a actuar sobre los ingresos y sólo pretende hacerlo sobre los gastos". "En otros países de nuestro entorno se están tomando medidas para que las grandes fortunas y las empresas también contribuyan en la reducción del déficit público, y aquí sólo se actúa sobre los que tenemos nómina", alertó.
Por último, censura que "no se han adoptado medidas decididas relativas a la persecución del fraude fiscal o el afloramiento de la economía sumergida, que también está privando de importantes ingresos al Estado". Por eso, el manifiesto concluye: "Ahora más que nunca derechos sociales y defensa de lo público".
