VALENCIA, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
El conseller de Infraestructuras y Transporte, José Ramón García Antón, afirmó hoy en el pleno de las Corts Valencianes que "la revisión exhaustiva" del convoy siniestrado de la línea 1 de metro de Valencia que descarriló el lunes de la semana pasada causando la muerte a 42 personas "no ha aportado hasta el momento ningún indicio de un posible fallo o problema mecánico", por lo que los datos disponibles permiten "descartar, prácticamente sin lugar a dudas en estos momentos, cualquier otra posible causa del accidente que no sea el exceso de velocidad".
García Antón rechazó, en el pleno monográfico sobre el siniestro que deba asumir responsabilidades políticas por el trágico accidente, y remarcó que "ni los sistemas de seguridad ni las condiciones adecuadas del vehículo pudieron impedir que el tren entrase en la curva del accidente al doble de la velocidad permitida en ese punto". Alegó en este sentido que "es importante tener en cuenta que la seguridad no puede darla nunca sólo un sistema o un elemento técnico", sino que "la da el cumplimiento estricto de las normas y de los protocolos de circulación".
"Si sintiera un mínimo de responsabilidad en este tema no estaría hoy aquí", indicó el conseller, quien, tras defender que la seguridad era la "adecuada" a las características y a la explotación de la línea 1, agregó que su "responsabilidad" es "seguir defendiendo" lo que cree "aun en las circunstancias más duras". García Antón aseguró también que si se constituye una comisión de investigación en la Cámara autonómica para investigar las circunstancias del accidente, a lo que ha accedido el PP, él estará allí para "dar la cara".
García Antón lamentó la "campaña política destinada a culpabilizar al Consell" a la que, en su opinión, se ha asistido en la última semana y que "determinados sectores" hayan intentado "aprovechar este doloroso suceso para lanzar un ataque durísimo" a la Generalitat, ya que "se ha pretendido transformar la legítima y necesaria exigencia de que se investigue hasta el final lo sucedido y se dé a conocer toda la verdad en un verdadero proceso político contra el Consell en el que el veredicto de culpabilidad está ya dictado de antemano".
El conseller subrayó que la seguridad de cualquier tren depende del estado de la infraestructuras, de los sistemas de señalización, comunicación e instalaciones de ayuda a la circulación y del factor humano, "decisivo siempre" y que "no va a dejar de estar presente nunca, ni aún con el más perfeccionado y más automatizado sistema de circulación", y agregó que "el requerimiento fundamental para que no ocurran accidentes no es otro que el cumplimiento estricto de las normas y la obediencia inmediata y total a todas las señales".
SEGURIDAD
García Antón se remontó a los orígenes de la línea 1 para argumentar que el sistema de Frenado Automático Puntual (FAP) con el que cuenta en la actualidad se propuso en 1993, con mandato socialista, pese a que desde el año anterior la Generalitat proyectó y empezó a construir la línea 3 con el sistema de Protección Automática del Tren (ATP, en sus siglas en inglés).
También resaltó que es "falso" que el Consell no haya invertido en la línea 1, porque, dijo, frente a los 20,3 millones de euros que el Gobierno socialista aportó entre 1988 y 1995, el PP ha destinado 129 millones.
"Cuando la línea 3 de metro hasta Alameda entró en servicio en 1995 lo hizo ya equipada con un sistema ATP", resaltó García Antón, para apoyar su afirmación de que la elección de un sistema de frenado para la línea 1 diferente del de las líneas 3 y 5 "no es un capricho" ni algo que se haya "inventado" el Consell del PP para "ahorrar dinero", sino que responde a "criterios técnicos y de explotación ferroviaria" para una línea con características similares a las de cercanías, dado que transcurre la mayor parte de su recorrido en superficie, y por las frecuencias de paso.
Según los datos aportados por el conseller, el convoy inició la marcha en la estación de plaza de España a las 13 horas y 16 segundos y, a partir de ese momento, mantuvo una aceleración constante hasta alcanzar una velocidad de 80,89 kilómetros tras haber recorrido 480 metros en 36 segundos, lo que representa que la entrada del tren en la curva del accidente se produjo a más de 80 kilómetros por hora, el doble de la velocidad permitida y señalizada en ese punto.
Cuando el tren había entrado ya en la curva, a las 13 horas y 56 segundos, desde la cabina del conductor se accionó el freno de servicio, y un segundo después se activo el freno de urgencia, aunque, agregó el conseller, "ya era demasiado tarde", porque el tren había descarrillado.
DIMISION
Tras las explicaciones del conseller, PSPV y EU-Entesa reclamaron la dimisión del conseller, insistieron en que el accidente se podía haber evitado con mayores medidas de seguridad y pidieron la creación de una comisión de investigación que el portavoz del PP, Serafín Castellano, aceptó crear "mañana mismo" y dirigió una petición a la presidencia de las Corts en este sentido.
El portavoz del PSPV, Joan Ignasi Pla, emplazó a García Antón a "reunirse con su propia conciencia" y a que sea "consecuente y, como persona, se plantee su continuidad en el cargo". Manifestó que si lo hacía, "se habrá respetado a sí mismo y a su Consell, habrá dignificado la política y descansará como persona".
Pla añadió que la Comunitat Valenciana "necesita un ejemplo y una pedagogía de responsabilidad política" y apuntó que el consuelo que necesitan los familiares "muchas veces lo da la justicia y la conducta responsable de los gobernantes en los que han depositado su confianza".
Por su parte, el portavoz adjunto de EU-Entesa, Joan Antoni Oltra, manifestó que es "insultante" que, tras un accidente como éste, "nadie asuma responsabilidades ni admita fallos" y se preguntó "cómo se puede tener tanta arrogancia, autoestima y tan poca sensibilidad". Preguntó si lo ocurrido no era "suficientemente grave como para dimitir" y afirmó que García Antón debería haber llegado al pleno "con la dimisión presentada".
Señaló que existen medios que podrían "haber reducido" los efectos del error humano o "incluso haber evitado la masacre". A este respecto, acusó a los responsables del Consell de pretender "ahorrar" al elegir el sistema de frenado para la línea 1 "más barato", el FAP, que se encuentra "desfasado y todavía continúa confiando excesivamente en el factor humano", en lugar del ATP del que disponen "todas las líneas de metro de España".