VALENCIA, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
La valenciana Rosa Garijo, una agricultora de 40 años, casada y con dos hijas de 11 y 16 años, preside la cooperativa de segundo grado Gestrevin, con sede en Utiel (Valencia) y dedicada a gestionar los residuos del vino de sus asociados para obtener biocombustible y otros subproductos fundamentalmente de uso industrial.
En una entrevista concedida a Europa Press, ha explicado que accedió a la presidencia de Gestrevin en 2009 a propuesta del consejo rector de la Cooperativa Agrícola de Utiel. Tan solo tres años antes, había sido la primera mujer en formar parte de ese consejo rector y, en 2008, también fue la primera en llegar a la presidencia de la cooperativa, al igual que cuando se situó al frente de Gestrevin.
Esa trayectoria dio comienzo entre 2004 y 2005, cuando heredó las viñas de su padre y decidió convertirse en joven agricultora para tratar de rentabilizar la actividad de la que había vivido su familia toda la vida. "Ahí empezó todo, me hice cargo de la explotación y después llegué al consejo rector, a presidir la cooperativa y más tarde a Gestrevin porque se vio que las cosas necesitaban un cambio".
En su opinión, a la hora de llevar a cabo las modificaciones que requiere el sector, las mujeres pueden aportar "un punto de vista diferente, el de ir siempre un paso más allá e intentar adelantarse a los acontecimientos, quizá por estar acostumbradas a sacar adelante la casa, los hijos y el trabajo".
En su caso, confiesa que "lo más duro" en esos años de ascenso profesional ha sido el "gran sacrificio a nivel personal" que se ha visto obligada a realizar, algo que "notan muchísimo" sus dos hijas y su marido, que le "ayuda en todo lo que puede". "A veces llego a casa a las 22.45 horas, he pasado de esperar a mis hijas cuando llegaban del colegio a que me digan que nunca estoy con ellas", lamenta Rosa.
Su presencia al frente de la cooperativa y de Gestrevin es "algo inusual aún en una sociedad muy machista y un sector en el que poco a poco se van introduciendo las mujeres", de hecho únicamente conoce a otras dos presidentas de cooperativas, pero asegura haber recibido siempre "un trato muy bueno, nunca de rechazo ni diferente al resto".
A Gestrevin, llegó dispuesta a "poner en marcha de verdad la fábrica y limar cosas que no terminaban de encajar para empezar su primera campaña completa con todo en orden y perfecto", movida por su carácter "muy luchador y, sobre todo, muy serio".
Esta gestora de residuos vínicos tiene como actividad principal la fabricación y venta de alcohol de uso industrial para la elaboración de pinturas, plásticos o productos cosméticos, así como de biocombustible, "algo muy importante en un momento en que los gobiernos europeos apuestan por aumentar el porcentaje de bioetanol en las mezclas con la gasolina".
DEVOLVER BENEFICIOS A LOS AGRICULTORES
Así lo ha señalado el gerente de la compañía, Gerardo Rodríguez, quien ha destacado la importancia de "aportar una ayuda adicional a un sector que atraviesa una situación difícil, gracias a los beneficios obtenidos del aprovechamiento de esos residuos, que acaban revirtiendo en los cooperativas de base, en los agricultores".
Con los orujos que se generan tras prensar la uva, se obtiene ese alcohol de uso industrial y pepita de uva que, una vez seca y tostada, se vende para elaborar "un aceite muy preciado en el mercado anglosajón, que se exporta sobre todo a Australia, a Nueva Zelanda, a México y a Estados Unidos".
El residuo restante, denominado biomasa, se aprovecha igualmente como biocombustible para consumo propio y "si hay excedente en alguna época del año, también se vende y se aprovecha para mezclas de abonos y compostajes", ha señalado Rodríguez.
Gestrevin también obtiene otros subproductos como "alcoholes rectificados, más puros, para uso de boca", con los que se elaboran "licores, orujos, brandy o whisky", o "ácido tartárico, que tiene múltiples aplicaciones para industria alimentaria como conservante o como acidulante".
Con vistas al futuro, han puesto en marcha una depuradora para el tratamiento de sus aguas y las de sus socios que permitirá asimismo "aprovechar el calor de los motores para generar energía".
"VOCACIÓN DE SERVICIO AL RESTO DE ZONAS VITIVINÍCOLAS"
Gestrevin es la única cooperativa de segundo grado dedicada a la fabricación de alcohol en la Comunitat Valenciana, por lo que aspira a "convertirse en el referente del sector" para la región dado que nació "muy orientado a la comarca Requena-Utiel, pero con vocación de servicio al resto de zonas vitivinícolas".
De hecho, en España se dedican a esta actividad entre 20 y 25 compañías, tan solo cinco de ellas cooperativas de segundo grado.