MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
El cineasta novel Kantemir Bagalov muestra en su ópera prima 'Demasiado cerca' ('Tesnota') la grave crisis que atravesó la zona del Caúcaso coincidiendo con la guerra en Chechenia mediante el retrato de una familia modesta a la que secuestran a su hijo.
"La libertad no existe, no se trata solo de Rusia. De hecho, se dice que una persona alcanza la libertad solamente cuando elige la dependencia. No sé decir si Rusia es un país libre hoy, pero sí que hacen falta cambios", ha señalado en una entrevista con Europa Press el realizador.
Apadrinado por Aleksandr Sokurov, este debut le sirvió a Bagalov para alzarse con el Premio Fipresci en la sección 'Un certain regard' de Cannes. En la ciudad de Nalchik (origen del realizador), año 1991, vive la familia de Ilana, una joven que trabaja con su padre en un taller y que está de celebración por el casamiento de su hermano.
Sin embargo, una noche reciben la noticia del secuestro de David y, a partir de ahí, la familia empezará una serie de sacrificios que terminará con sus proyectos de futuro. El conflicto checheno está presente a lo largo de un largometraje que se acerca a las duras condiciones de vida en esa zona olvidada de Rusia.
"Parece que la gente esté esperando todo el rato la guerra y de ahí provienen la mayoría de los problemas sociales y culturales. El hecho de ser vecinos no ayuda para solucionar el conflicto, al contrario", ha indicado el cineasta, quien en su película incluye unas duras imágenes de la guerra.
En un momento dado, un grupo de jóvenes observa en un televisor cómo guerrilleros degollan a varias personas. "Son imágenes de acceso libre, se pueden ver en redes sociales. Quería incluir esta cinta porque yo la vi cuando tenía trece años --compartíamos el disco los compañeros de escuela-- y me pareció importante para ubicar geográfica y temporalmente la historia", ha añadido.
En 'Demasiado cerca' surgen paralelismos con algunas historias de Michael Haneke, aunque Bagalov asegura que "no le tenía en mente". "Es uno de mis directores preferidos, adoro su cine, y puede que ese parecido venga de que Haneke también mira a la tragedia muy apartado, solo observando", ha reconocido.
El joven director reconoce que su obra no habría salido adelante sin Sokurov, quien apoyó desde el primer momento este proyecto. "Escribí el guion y estaba listo en el invierno de 2015, me fui a Moscú para buscar productor, pero no lo encontré. Al final Sokurov decidió implicarse, siguió la preproducción y estuvo dos días en el rodaje, pero sobre todo ayudó en la postproducción, recortando metraje", ha concluido.
