LOS ÁNGELES, 9 Nov. (EUROPA PRESS - Mateo Anderson) -
Jovan Adepo es un talento emergente en Hollywood. Tras destacar en la película 'Fences' de Denzel Washington, está llevando a cabo una interesante carrera tanto en la pequeña como en la gran pantalla, donde ahora protagoniza 'Overlord', producida ni más ni menos que por J. J. Abrams.
Se trata de un filme que combina el género bélico con el terror y la acción violenta en una terrorífica historia que tendrá lugar la noche antes del Día D, durante la Segunda Guerra Mundial.
La película arranca cuando te encuentras en un transporte aéreo junto a los demás miembros de asustados paracaidistas que conforman tu pelotón, a punto de saltar tras la líneas enemigas, con la misión de tomar una torre de comunicaciones que los alemanes tienen instalada en la iglesia de un pueblo francés. Es una escena muy poderosa.
¡Ya lo creo! Fue una secuencia muy complicada, que tardamos una semana en rodar. Había muchos elementos distintos a tomar en cuenta: los actores, los especialistas, la colocación de la cámara dentro del espacio cerrado dentro de ese avión...
En momentos así, todo tiene que estar coordinado a la perfección.
¡Efectivamente! Si hubo un momento en este rodaje donde los actores teníamos que estar completamente certeros, fue ése. Porque si no te podías hacer daño, ya que todos los efectos que se ven en la película son prácticos: los movimientos del avión, el fuego... Fue bastante difícil.
Y tu personaje, Boyce, es un especie de héroe por accidente.
En efecto, porque ante todo creo que sólo quiere hacer lo correcto. El problema es que hacer lo correcto no siempre concuerda con los objetivos de la misión; pero, ante todo, Boyce sigue los dictados de su corazón.
Pero chocará con el pragmatismo del personaje de Ford, interpretado por Wyatt Russell, el líder del grupo.
Sí, pero a diferencia de Ford, Boyce es capaz de mantener un equilibrio y no perder su humanidad, aunque estén en medio de una guerra, porque es importante hacer lo correcto.
Y entonces será cuando 'Overlord' se convierte en una película de terror.
Así es, cuando llegamos al pueblo con la misión de destruir su torre de comunicaciones cambia el género de la película, como si alguien hubiera arrancado la alfombra bajo nuestros pies. Y me parece la mejor manera de hacerlo.
Sobre todo si te encuentras en un filme de un maestro del cine de género como J. J. Abrams, que en este caso produce la cinta. ¿Cómo fue la experiencia de conocerlo?
Fue una experiencia inolvidable. Nos visitó durante el rodaje en Inglaterra, y la verdad es que fue un lujo tenerlo ahí. Vio el set, comprobó que las cosas estaban yendo bien y nos apoyó en todo. J.J. es un cineasta que cree en sus actores y sabe lo que tiene que hacer para que al final la película salga bien. Por otro lado, pienso que el hecho de que el productor del filme no esté todo el día a tu lado significa que estás haciendo las cosas bien.
