Otro director iraní, en huelga de hambre

Actualizado: viernes, 21 mayo 2010 14:49

TEHERAN, 21 May. (Reuters/EP) -

Mohammad Nourizad. Este es el nombre del segundo director de cine iraní que inicia una huelga de hambre en prisión. Al igual que su colega Jafar Panahi, se trata de cineastas que han mostrado públicamente su oposición al régimen de Mahmoud Ahmadinejad.

Un escritor y director de cine iraní que está detenido comenzó una huelga de hambre, después de que fue "severamente golpeado" por personal de seguridad en la prisión Evin de Teherán, publicó el jueves un sitio de internet opositor.

Mohammad Nourizad fue arrestado a fines del año pasado, luego de publicar en su blog tres cartas consideradas falta de respeto a la autoridad más grande de Irán, el líder supremo ayatolá Ali Khamenei, y otros oficiales superiores.

"Nourizad fue llevado al patio de la prisión el martes (...) y fue severamente golpeado por cinco agentes de seguridad", dijo Kaleme, agregando que, como consecuencia de la golpiza, Nourizad quedó con la visión dañada.

"Ha comenzado una huelga de hambre y ha informado a su familia de que no sobrevivirá si esta situación continua", reportó el sitio.

Nourizad es el segundo cineasta iraní detenido que comienza una huelga de hambre en los últimos días.

El destacado director Jafar Panahi, ganador de varios premios internacionales y seguidor del líder opositor Mirhossein Mousavi en las elecciones del año pasado, fue arrestado en marzo y comenzó una huelga de hambre el domingo.

Ministros del Gobierno francés habían pedido un permiso para que Panahi asistiera al festival de Cannes que se está realizando esta semana.

Nourizad, sentenciado a tres años y medio en prisión y 50 azotes, fue arrestado después de que instó a Khamenei en sus cartas a disculparse ante la nación iraní por la represión contra la oposición tras las últimas elecciones en junio, dijo Kaleme.

Las elecciones, que la oposición dice que fueron arregladas para asegurar la reelección del presidente Mahmoud Ahmadinejad, hundieron a la República Islámica en meses de confusión política.

Las autoridades han representado las inmensas protestas opositoras que resultaron después de la votación como un intento apoyado por el extranjero para socavar el sistema clerical.

Miles de partidarios de la oposición fueron detenidos después de la elección. La mayoría de ellos han sido liberados desde entonces, pero más de 80 personas han sido sentenciados hasta 15 años. Dos personas fueron a juicio y terminaron ejecutadas.