MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS/Israel Arias Mateo) -
Después de arrasar en las taquillas de medio mundo llega a los cines españoles 'Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto', la segunda entrega de las aventuras de la tripulación de La Perla Negra capitaneada por el peculiar -y algo trastornado- Jack Sparrow que vuelve a encarnar Jonny Deep ('Charlie y la fábrica de chocolate', 'Descubriendo Nunca Jamás'). En esta ocasión Jack tendrá que saldar una deuda de sangre contraída con el legendario Davy Jones (Bill Nighy), el temido y despiadado amo de las profundidades del océano, y capitán de un barco fantasma, el Flying Dutchman.
Este inesperado acontecimiento, unido a las ansias de poder de algunos oficiales de la armada inglesa, se interpondrá en los planes de boda de Will Turner y Elizabeth Swann, que como en la primera entrega están interpretados por Orlando Bloom -el mítico príncipe elfo Légolas en la trilogía de 'El Señor de los Anillos'- y Keira Knightley, la joven actriz que ya atesora una nominación al Oscar por su trabajo en 'Orgullo y Perjuicio' y a la que hace poco pudimos ver en 'Domino', encarnando a una sanguinaria asesina a sueldo.
La segunda entrega de 'Piratas del Caribe' vuelve a estar dirigida por Gore Verbinski ('El hombre del tiempo', 'The Ring') y fue un autentico bombazo en la taquilla estadounidense. En su estreno el pasado 7 de junio se convirtió en la película con mayor recaudación en su primer día en las carteleras, con 55,5 millones de dólares de taquilla superando los 50 millones de 'La Guerra de las Galaxias: La venganza de los Sith' en 2005. También batió el récord de recaudación en un único fin de semana con 132 millones de dólares, superando a la primera parte de 'Spiderman', que consiguió 115 millones.
Un filón que la Disney -más necesitada que nunca de estos bombazos- no está dispuesta a desaprovechar. Ya se está ultimando el rodaje de la tercera parte que tendrá como título 'Piratas del Caribe 3: En El Fin del Mundo', y en la que los fans de la saga podrán conocer al padre de Jack Sparrow, al que dará vida nada más y nada menos que el guitarrista de Rolling Stones, Keith Richards. Su estreno está previsto para el verano de 2007.
MUCHO CINE EN ESPAÑOL
Y ya en tierra firme nos encontramos con la historia de una familia que trata de salir adelante. Se trata de 'Un minuto de silencio', que dirigida por Roberto Mariocco ('Sólo gente', 'Gracias por los servicios') narra los avatares de una familia argentina que se queda en la calle después de que Ernesto, al que da vida Eduardo Blanco ('Luna de Avellaneda', 'El hijo de la novia'), pierda su trabajo. Será entonces cuando se agarre a lo único que le queda para salir adelante, el amor de su esposa Amanda (Alejandra Darín) y de sus dos hijos.
Y además de la producción argentina, tres películas españolas llegan esta semana a la cartelera para intentar hacer frente al asalto de los piratas. La primera de ellas es 'Feber', una adaptación libre de la obra '5 noches de febrero' de Eduard Márquez que dirigida por Silvia Queer y protagonizada por Julio Manrique ('Soldados de Saramina'), Laura Conejero ('La vida de nadie'), relata como cambia la vida de Lars al enterarse del suicidio de Sela, su antigua novia. La curiosidad y el amor que todavía siente por ella le arrastran a visitar el piso de Sela y allí encontrará unas cintas en las que ella grababa compulsivamente toda su vida y a través de las que Lars descubrirá porqué fracasó su relación y porqué él abandonó su gran pasión, la escritura.
'Días azules' es una película con aires nostálgicos que dirigida por Miguel Santesmases ('Amor, curiosidad, prozak y dudas') cuenta la historia de tres hermanos Boris (Óscar Jaenada), Carlos (Javier Ríos) y Álex (Javier Pereira), que llegan a Ferrol para pasar su último fin de semana en la casa en la que habían veraneado toda la vida, y que acaban de vender. Completa la terna 'Los nombres de Alicia', un drama dirigido por Pilar Ruiz Gutiérrez y protagonizado por Ana Moreira. La jóven actriz da vida a Mina, una estudiante extranjera con una personalidad muy contradictoria que pondrá en jaque la feliz convivencia de la familia que la acoge.