'Speed Racer', el vertiginoso festival de color de los Wachowski

Actualizado: jueves, 8 mayo 2008 15:56


MADRID, 8 May. (OTR/PRESS-Israel Arias) -

Andy y Larry Wachowski, los creadores de la trilogía 'Matrix' dan el salto al mundo del cómic para llevar a la gran pantalla 'Speed Racer', la mítica serie de animación japonesa creada en 1967 por Tatsuo Yoshida y conocida en nuestro país como 'Meteoro', que relata las andanzas de un joven piloto de carreras. Emile Hirsch da vida al audaz corredor y comparte protagonismo con Christina Ricci, que interpreta a su chica, Trixie, Susan Sarandon y John Goodman, que son los padres de Speed, Paulie Litt, que da vida al disparatado hermano pequeño de Speed -él y su inseparable chimpancé monopolizan los golpes de humor de la película- y Matthew Fox, el doctor Jack de 'Perdidos', que en otra incursión en el cine encarna al misterioso 'Corredor X'.

Pero, como no podía ser de otra forma, tras tres años alejados del mundanal ruido los Wachowski dan este salto a su manera. La pintoresca pareja de hermanos se lanza al vacío con una orgía psicodélica de colores radiactivos y fluorescentes convirtiendo la cinta por momentos en un festival de ritmo, acrobacias y loopings de lo más variopinto, estridente e inverosímil. No en vano su intención, confiesan, era crear un "aspecto anime real".

Y en este afán, los hermanos que popularizaron en la gran pantalla del ahora sobreexplotado 'tiempo bala' han hecho de 'Speed Racer' una cinta con una estética inédita en el cine, totalmente impactante -tal y como fue en su momento la primera entrega de 'Matrix'- y más próxima a un videojuego o a esas series de dibujos animados japoneses de las que se decía que con sus excesos visuales llegaban incluso a causar ataques de epilepsia, que a una película de carreras.

Pero, como bien saben los seguidores del cómic original, en 'Speed Racer' hay dos elementos estrechamente unidos, las carreras de coches, que son lo que aportan espectacularidad a la cinta y su mayor atractivo, y la intrahistoria de la familia Racer. Y es en este último punto donde además del impacto visual que consiguen con las escenas de acción, se echa de menos en los Wachowski la intensidad de guión de la que dotaron a su ya célebre trilogía 'Matrix'.

LA TRAMA FAMILAR

Cierto es que la historia de 'Meteoro' y su bólido, el célebre Mach 5, es la que es: un joven nacido con un talento innato para pilotar en el seno de una familia entregada a las carreras y algo traumatizada por el recuerdo del legendario y malogrado Rex Racer, el hermano mayor de Speed que murió en una carrera de dudosa reputación. Movido por la lealtad a la escudería independiente de su padre, Speed rechaza la suculenta oferta de un magnate de las carreras. Una decisión que casi llevará a la ruina a la empresa familiar y que le hará descubrir todos sucios entresijos y manipulaciones que mueven en el mundo de las carreras donde los intereses de las grandes compañías y el vil metal son más importantes que el talento de los pilotos.

Para intentar destapar la trama 'Speed' (que para los nostálgicos seguirá siendo siempre 'Meteoro') inicia una temeraria cruzada con la que pretende salvar el deporte al que tanto ama. Y si bien era inevitable que los Wachowski debían ceñirse a estos términos para no mancillar la historia original, pero un guión, y sobre todo unos diálogos más cuidados, hubieran de la película algo más que un bacanal cromática.

Partiendo de esta base, 'Speed Racer' no puede -ni pretende- engañar a nadie, es entretenimiento puro y duro. Eso sí dotado de acción a raudales donde las secuencias de coches de increíbles diseños volando a más de 600 kilómetros por hora mientras luchan encarnizadamente -con todo tipo de armas: arpones, ganchos, cuchillas en los neumáticos, hojas de sierra e incluso misiles- por echarse de los espectaculares circuitos son lo más atractivo de la cinta.

Más de dos horas plagadas de fantásticas y coloristas secuencias de acción cargadas, en algunos momentos incluso saturadas, de efectos visuales que elevan a un nuevo nivel la combinación de la tecnología digital CGI con la acción real. Toda una experiencia visual para grandes y pequeños que se vive a toda velocidad.