Dover se está riendo de nosotros

Captura del último vídeo de Dover
EP
Actualizado: lunes, 20 septiembre 2010 15:25

MADRID, 20 Sep. (EUROPA PRESS - Miguel Martorell) -

Aprovechando que la banda de las hermanas Llanos ha empezado la preventa de una edición especial premium de su último disco, desde aquí reivindicamos el rock de sus inicios, que no nos apasionaba, pero que no nos ponía producía escalofríos como sus últimas creaciones.

Esta vez las hermanas Llanos se han pasado. Y tres pueblos. Esto ya no es reinventarse a lo Madonna para relanzar las ventas como en 'Follow the City Lights'. Esto es una broma de mal gusto.

Los hechos son los siguientes.

Finales de los 90, Dover pega un pelotazo con dos o tres discos de rock digno, muy estilo americano, muy reminiscencia grunch, muy en inglés, pero rock. El pelotazo les dura hasta 'The Flame', cuando las ventas caen en picado.

Pasan tres años. Desconocemos si a ellos o a algún genio de marketing de nuestras grandiosas discográficas se le enciende la bombilla: Vamos a reinventarnos. Amparo Llanos cuelga la guitarra y se mueve en los escenarios y los vídeos como con ataques de epilepsia.

Sus seguidores no dan crédito. Las radiofórmulas hacen palmas con las orejas.

Que quede claro que no tenemos nada en contra de la música de raíces africanas o de los experimentos electrónicos. Simplemente nos preguntamos hacia dónde está disparando Dover en sus dos últimos discos. O de quién se está vengando.

Después de darle varias vueltas hemos llegado a la conclusión de que en su casa se deben estar descojonando. Sobre todo de los que compran el disco.

'Dannayá', single presentación del nuevo experimento de Dover, 'I Ka Kené' -si alguien quiere comprarlo, se publica el 5 de octubre- sería un buen intento de fusión si quien lo cantara no fuera Amparo Llanos violando al auto-tune. Pero es que es ella, la que ponía cara de chunga cuando tocaba la guitarra y sudaba cantando 'Devil Came to Me'.

Ahora, sin embargo, Amparo está más en su salsa que nunca, lo que nos lleva a preguntarnos si en su anterior etapa no estaba fingiendo ser rockera. En 'Dannayá' baila como una posesa y presume de tipito mientras su timbre de voz alcanza el de las canciones de las series japonesas.

Mientras su hermana Cristina la acompaña encantada de sí misma, el bajista y el batería, en cambio, ponen cara de no saber muy bien dónde se han metido. Los acompañamos en el sentimiento.

Quizá lo mejor de 'eso' que ha hecho Dover, sea la ejecución en directo. Si la voz de la Llanos ya era ofensiva en concierto verla pegar saltos e intentar llegar al agudo de una otaku no tendrá precio.

Amparo, vuelve, todavía te queremos.