El Centro Dramático Nacional rinde homenaje a Vitín Cortezo

Europa Press Cultura
Actualizado: sábado, 12 mayo 2012 17:58

MADRID 12 May. (EUROPA PRESS) -

El Centro Dramático Nacional rinde homenaje al ilustrador, figurinista y escenógrafo Vitín Cortezo en una exposición que se exhibe en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán hasta el 16 de junio.

Produccida por el CDN y el Museo del Teatro de Almagro, la exposición está comisariada por Andrés Peláez. Junto a la muestra se han organizado una serie de actividades paralelas que incluyen visitas guiadas los días 16 y 30 de mayo, y 13 de junio a las 19.00 horas y una mesa de debate en torno a la figura de Cortezo en la que participarán Alejandro Andújar, Elio Berhanyer, Ángel Fernández Montesinos, Pedro Moreno y Andrés Peláez el 28 de mayo.

UN AUTODIDACTA

Víctor María Cortezo (Madrid, 1908-1978) fue pintor, ilustrador, figurinista y escenógrafo. "Vitín", así fue conocido en el medio teatral, estuvo siempre seducido por los ilustradores tardomodernistas y los dibujantes de Vogue, Harper's Bazaar o Vanity Fair.

De manera autodidacta comenzó a dedicarse a la pintura y el dibujo, junto a su amigo Luis López Escoriaza. En 1931 expone sus primeras obras en la sala El Heraldo de Madrid. Allí conoció a Federico García Lorca, Adolfo Salazar, Luis Escobar y Carlos Morla.

Poco después viajó por toda Europa y conoció desde el surrealismo francés hasta el expresionismo alemán. En París vivió el ambiente decadente y bohemio de los primeros años treinta, estudió con Paul Collin y conoció a numerosos artistas como a su amigo y protector Bob Gesinus, discípulo de Kokoschka, a Jean Cocteau, Nicolás Evreinov y Natalia Gontscharowa. Después visitó la Selva Negra, Florencia, Roma, Düsseldorf y Holanda.

En 1936 regresó a España, expuso sus pinturas en la Biblioteca Nacional de Madrid y publicó un libro de dibujos y poemas, 'El tímido', cuya edición dirigió Luis Cernuda.

MARIANA PINEDA

Su primera incursión en el mundo teatral fue 'Mariana Pineda' de Federico García Lorca, dirigida por Manuel Altolaguirre para el II Congreso de Intelectuales y Escritores Antifascistas celebrado en Valencia en 1937. A partir de este momento su actividad como escenógrafo y figurinista fue intensa e ininterrumpida.

Participó en más de 170 montajes, de los cuales unos 155 eran obras de teatro y el resto se repartirían entre óperas, zarzuelas, espectáculos de revista o de baile.

Los directores con los que más trabajó fueron Luis Escobar y Huberto Pérez de la Ossa, en la década de los cuarenta: 'La cena del Rey Baltasar', de Calderón (1939), 'La herida del tiempo', de Priestley (1942), 'La voz amada', de Rothe (1943), 'Nuestra Ciudad', de Wilder (1944), 'Plaza de Oriente' (1947) e 'Historia de una casa' (1949), de Calvo Sotelo, entre otras.

En los años cincuenta del siglo XX colaboró con José Tamayo en obras como 'El pleito matrimonial del Alma y el Cuerpo', de Calderón (1955), 'Seis personajes en busca de autor', de Pirandello (1955), 'Tyestes', de Séneca (1956), 'Las brujas de Salem' (1956), 'Gigi', de Colette (1959), 'El baile de los ladrones', de Anouilh (1960), etcétera.

También trabajó junto a José Luis Alonso, Miguel Narros, Cayetano Luca de Tena, Gustavo Pérez Puig, José Osuna y Ángel Fernández Montesinos en los años sesenta y setenta.

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