MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los libreros llevan desde que comenzó la redacción del proyecto de la Ley del Libro demandando que se incluya en el texto una cláusula que garantice un precio único para que las grandes superficies no puedan hacer descuentos en los libros de texto de hasta un 25 por ciento, de lo contrario, afirmó el propietario de la librería 'La casa de la Troya' en Madrid, Pedro Ángulo, "muchas pequeñas librerías cerrarán, porque no podrán competir".
En declaraciones a Europa Press Televisión, el propietario de esta pequeña librería especializada en libros de texto de la calle Libreros de Madrid destacó que la medida "vendrá muy bien" sobre todo para el libro de texto el que la ley fije el precio del libro". Establecer un precio fijo para los libros, y así evitar que las grandes superficies puedan rebajar el precio, es una de las grandes demandas de los libreros desde el comienzo.
"Las librerías siempre nos hemos defendido como hemos podido, haciendo el descuento que hemos podido, pero claro, con esos descuentos no hay quien compita, porque las editoriales no nos dan más margen. No podemos competir", denunció Ángulo.
En teoría, existe un real decreto de 1990 sobre precio de venta al público de libros que fija un descuento máximo autorizado sobre el precio fijo de los libros del 5 por ciento, sin embargo, los libreros se quejan de que, en la práctica, las grandes superficies hacen descuentos de hasta el 25 por ciento.
El problema es que las editoriales hacen un descuento a las librerías en el precio de los libros de hasta un 25 por ciento, el mismo descuento que luego aplican las grandes superficies al precio de los libros de texto. Por tanto, si un pequeño librero tratase de igualar la oferta de las grandes superficies, no ganaría nada.
"No creo que las editoriales les hagan a ellos --a las grandes superficies-- más descuento que a nosotros porque en el libro de texto no hay mucho margen", indicó Ángulo, que explicó que este tipo de comercios sacan el beneficio no del precio del libro, porque lo venden al precio que ellos pagan a la editorial, sino del hecho de que la gente que acude a sus establecimientos a comprar los libros "aprovechan" para "comprar otros artículos que a ellos les beneficien más".
"Las grandes superficies, sobre todo en el libro de enseñanza obligatoria, hacían unos descuentos muy grandes, cosa que ha hecho que muchas librerías pequeñas cerraran porque no se podía competir", explicó el librero.
Para Ángulo, el problema son las superficies del tipo "Carrefour, y alguna otra más", y no de La casa del Libro, Fnac y el resto de grandes establecimientos especializados en la venta de libros, ya que que, a su juicio, este tipo de grandes librerías "no hacen descuentos de ese tipo" y respetan el descuento "legal" máximo del 5 por ciento.