Regàs confirma a la SCE el traslado de la estatua de Menéndez Pelayo al jardín de la Biblioteca Nacional

Actualizado: martes, 4 abril 2006 18:00


SANTANDER, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

La directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regàs, contestó con una carta fechada el pasado 27 de marzo a la remitida por el presidente de la Sociedad Cántabra de Escritores (SCE), Diego Alonso, protestando por el anuncio del traslado de la estatua de Marcelino Menéndez Pelayo. En la carta Rosa Regàs confirma su intención de trasladar la estatua al jardín de la biblioteca rechazando que esta iniciativa tenga carácter ideológico o suponga un menosprecio para Menéndez Pelayo, según informa la Sociedad de Escritores.

Regàs asegura en la misiva que "en nuestra mente nunca ha nacido ni se ha mantenido la idea de retirar la estatua de Don Marcelino Menéndez Pelayo, sino por el contrario la de que presida el jardín de la Biblioteca Nacional".

Añade que "contrariamente a lo que han dicho algunos periodistas", el jardín no es un lugar de "abandono romántico", sino el ámbito de la Biblioteca Nacional "donde estará en compañía de estatuas de autores tan importantes para nuestras letras como Cervantes, Lope de Vega, Luis Vives, San Isidoro, Alfonso X el Sabio y Nebrija".

Asegura además que ese traslado "no responde a ninguna cuestión ideológica" ni tiene tampoco la intención de "menospreciar a Don Marcelino ni de arrinconar la estatua -como han dicho ciertos maledicientes-", insiste.

Regàs explica que el traslado de la estatua forma parte de la remodelación del acceso de los lectores a la Biblioteca ya que "se pretende facilitar la circulación y la información, con la instalación de un gran mostrador de acogida en el hall principal, que permita el movimiento de usuarios, visitantes y empleados en sus actividades cotidianas y una más segura evacuación masiva en caso de necesidad, tal y como exigen las normas de seguridad vigentes".

"La Biblioteca Nacional está orgullosa de todos sus directores y muy especialmente de Don Marcelino", continúa Regás, a lo que añade que "otra cosa es que periodistas malintencionados me atribuyan a mí unas intenciones que parecen conocer mejor que yo misma, bien porque son las suyas o porque con propósito avieso -dice- me las quieren adjudicar".

En cualquier caso, concluye subrayando que "nada se hará que no cumpla religiosamente con las normas legales de seguridad que han de prevalecer en estos casos sobre cualquier opinión".