Ricky Dávila "El retrato es un misterio porque cuenta todo y nada de una persona"

Ricky Davila en su exposición Ibérica
Ep/Beatriz Velasco
Actualizado: jueves, 28 enero 2010 17:31

MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

"El retrato es un misterio porque cuenta todo y nada de una persona". Bajo esta premisa el fotógrafo Ricky Dávila presenta 'Ibérica', una muestra de casi un centenar de fotografías, en las que el autor combina el retrato con el paisaje en movimiento, en una búsqueda de la realidad y de su lugar en el mundo. La exposición permanecerá expuesta hasta el próximo 23 de marzo en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes.

Dávila (Bilbao, 1964), dejó hace tiempo el Fotoperiodismo para centrarse en una visión más artistica de la imagen, ya que, según señala, sus tesis son sus propias fotografías. En esta ocasión, aborda este proyecto desde una dimensión tanto documental como poética, que "admite varias lecturas".

Según explicó hoy a los medios el autor, este trabajo comenzó a gestarse hace más de diez años, cuando empezó a hacer fotos de caras de forma espontánea. "Me di cuenta de que en torno a ese registro podía articular un inventario de caras", dijo. En 'Ibérica', se suceden caras de personas anónimas, jóvenes y ancianas, que esconden su propia historia.

De esta forma, Dávila acerca al espectador el misterio de cada una de las caras que retrata, y cuestiona el límite que existe a la hora de explicar quién es la persona que se encuentra delante. "No parece propio pretender un espíritu informativo en algo que no lo tiene, y eso es lo bonito del retrato, ese margen de vuelo y de sueño", afirmó.

La selección de los protagonistas se ha realizado de modo arbitrario pero no inocente, según precisó el fotógrafo, que insiste a su vez en que existe una "cierta voluntad de eclecticismo". "Puede ser vista como el itinerario personal del artista, pero no me atrevería a ilustrar ninguna tesis antropológica con mis caras", aseguró.

MOVIMIENTO Y HIERATISMO

El título de esta exposición fue elegido para justificar que el solar era el ibérico, como licencia personal de Dávila, quien subrayó que este trabajo tiene "un valor documental, pero no tiene una pretensión de tesis antropológica, porque le faltaría método, disposición personal y dimensión".

El fotógrafo no se detiene sólo en las caras de desconocidos, sino que, desde una perspectiva personal, se sirve de paisajes anónimos y lugares no concretos, para oxigenar el discurso y "cumplir con la introspectiva visual".

Según explicó Dávila, estas imágenes se han tomado desde medios de transporte, porque el autor pretendía registrar una sensación de travelling, que fluyera de lado a lado en oposición al hieratismo de las caras, lo que, en sus palabras, remite a la gramática del narrador.

"Las caras tienen que ver con una dirección hacia fuera de la cámara, mientras que los paisajes me devuelven hacia un viaje interior", afirmó el autor, quien añadió que huyó de cualquier literalidad, ya que el objetivo era "simplemente crear un ambiente".

Por su parte, el director del CBA, Juan Barja, señaló que el retrato en esta muestra es el protagonista, aunque existe también un poder hipnótico reflejado en lugares. "Los personajes son máscaras de algo o desenmascaran algo, y se sostienen entre la pregunta y la respuesta", manifestó.

Asimismo, la directora general de Archivos, Museos y Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, Isabel Rosell, destacó la riqueza tanto plástica como psicológica de las forografias, así como los "paisajes vacíos".