Lourdes Ortiz niega en su nuevo libro la vigencia del mito de Don Juan y refuta la existencia del 'donjuanismo femenino'

Actualizado: jueves, 20 septiembre 2007 18:04


SEVILLA, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

La escritora e historiadora madrileña Lourdes Ortiz revisa en su nueva obra 'Don Juan, el deseo y las mujeres' (Fundación Lara) la figura de este eterno seductor, en la cual rechaza la vigencia del mito en la actualidad y refuta la teoría que postula la existencia del 'donjuanismo femenino'.

En una entrevista concedida a Europa Press, Ortiz explicó que esta obra nació de una intuición y del deseo de profundizar en el mito a través de la investigación y el estudio, sin obviar la "profunda admiración" que siente por el Don Juan representado, sobre todo, por el teatro y la ópera.

En 'Don Juan, el deseo y las mujeres', la escritora realiza un recorrido por toda la historia de este símbolo universal de la seducción, rastreando sus orígenes y deteniéndose en los hitos que marcaron la configuración del mito, como el Don Juan de Tirso de Molina, el de Molière, el de Mozart-Da Ponte, el de Byron y, por último, el de Zorrilla.

En este sentido, la autora destacó que el Don Juan de Tirso de Molina responde a la idiosincrasia del "típico señorito andaluz", cuya motivación a la hora de seducir se reduce a una competición con otros hombres y, para el cual, las mujeres son un simple instrumento de sus burlas; mientras que el de Molière destaca por su "irreverencia y blasfemia y por entender que todas las mujeres atesoran una parte de belleza, motivo por el cual desea poseerlas a todas".

Asimismo, apuntó que la figura operística creada por Da Ponte y Mozart está dotada de una "inmensa alegría y gusto por la vida", mientras que la ideada por Byron posibilita un descubrimiento del propio autor, un ser "tímido y romántico" que sorprendió a la escritora.

Igualmente, Ortiz analiza las posibles conexiones existentes entre esta figura y el imaginario masculino, así como indaga en el fenómeno de la seducción y del deseo a través de las reflexiones de filósofos, sociólogos, etólogos e incluso biólogos contemporáneos, para dilucidar las posibles diferencias entre hombres y mujeres en el encuentro amoroso.

DON JUAN, "PURA ACCIÓN"

De otra parte, la historiadora precisó que las cualidades que distinguen a Don Juan de otros seductores populares como el Conde de Valmont, recreado en la obra de Choderlos de Laclos 'Las amistades peligrosas' o el Marqués de Sade, son el "impulso y el amor por el riesgo", frente al talante "más racionalista" que poseen estos personajes, a los que les importa más la reflexión que la acción instintiva.

Así, la autora indicó que este "instinto de acción" es lo que otorga actualidad al personaje, aunque aseguró que, en realidad, no tiene cabida en la sociedad actual, porque el "riesgo y la rebeldía que enfrentan a Don Juan a la ley o incluso la muerte no se da hoy en día".

"En nuestros días, podemos encontrar a donjuanes de pacotilla que pululan por las discotecas --manifestó--, pero su labor seductora no contrae ningún riesgo, porque no se enfrentan a nada, es sólo ligar por ligar".

Igualmente, Ortiz explicó que la escasa vigencia del mito también se deriva de que el rito de seducción que practica Don Juan "no se entiende a partir de la emancipación y la revolución sexual de la mujer".

"NO EXISTE EL 'DONJUANISMO FEMENINO"

Sin embargo, a pesar de esta emancipación, la escritora negó la existencia del 'donjuanismo femenino', ya que, según aclaró, esa manera "donjuanesca" de entender la conquista como una caza o competición, "es más masculina que femenina y lo refrenda hasta la biología".

A pesar de ello, la historiadora reconoció que algunos personajes femeninos, como Carmen 'la Cigarrera', se acercan bastante al mito, pues la creación de Merimée es una mujer "libre en todo momento y tal como ella dice, un pájaro que no se puede atrapar".

Asimismo, para Ortiz, el concepto de 'donjuanismo femenino' no es equiparable al de 'mujer fatal', ya que éste último "no es más que un contrapunto negativo de Don Juan, es decir, una construcción masculina con connotaciones negativas de vampiresa o devoradora de hombres que se ha perpetuado a lo largo de los siglos a través del cine, el teatro o la literatura".

Por último, la escritora consideró que el género que mejor ha sabido captar y representar a Don Juan es el teatro, "porque es de dónde nace", aunque afirmó que la ópera le ha dado "grandeza y lo ha hecho pervivir hasta nuestros días".