Un repaso a la voracidad de los 'Dragones de la política'

Actualizado: lunes, 7 junio 2010 17:59

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Derecho Constitucional y rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Pedro González-Trevijano, retrata la codicia, el ansia de mando y la voracidad del poder de los protagonistas de la historia en su última publicación, 'Dragones de la política'.

El autor aborda la idea de la destrucción del movimiento político desde tiempos mitológicos, con Aquiles o Alejandro Magno, hasta la actualidad, con Hitler, Stalin y Castro.

González-Trevijano (Madrid, 1958) explicó en la presentación del libro que este volumen pretende ser un "entretenimiento académico" en relación con la idea de que la historia está constituida por personajes "bien definitorios e importantes". En concreto, indicó que se trata de un "examen" de personalidades militares, históricas y políticas específicas y concretas, y no una "reflexión marxista" sobre los modos de producción en la concepción dialéctica de la historia ni una "concepción terminológica".

En ellos, el autor encuentra personajes que llevan unida la idea "ínsita a su hacer" de la destrucción y de la sangre que trae la política, como elemento que caracteriza la forma de ser de estos personajes, "al margen de que en alguno de ellos se puedan ver aspectos relacionados con la libertad y la justicia, según precisó.

El libro arranca con dos citas --una del ámbito de la política y otra del mundo del arte-- con la intención de reflejar la idea de dos cabezas del dragón. Por un lado, unas palabras de Carl Von Clausewitz, con las que argumenta que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Por otro lado, una frase de Picasso en la que el pintor señala que "la pintura no es un instrumento de artesanía sino un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo", según indicó el autor.

El autor explicó que estos personajes son "muy diferentes en sus contextos y en sus consecuciones, pero todos llevan esa nota diferenciadora de la destrucción y del saqueo". Para describir los actos y la singularidad de sus personalidades, el libro ofrece también algún componente lúdico con la acuñación de neologismos como "dragohumano", "dragoconquistadores", "dragopapas", entre otros.

BONAPARTE Y EL ESTADO MODERNO

A pesar de su intención didáctica, el autor muestra su empatía o desacuerdo con los protagonistas de su libro. Entre sus valoraciones, González-Trevijano destaca la figura de Napoleón Bonaparte, a quien describió como uno de los personajes más importantes de la historia europea de los últimos 200 años. "No es tan importante por su capacidad como estratega, sino por su reconstrucción de los perfiles de lo que hoy se llama el estado moderno y las administraciones modernas", dijo.

En el libro también aparecen Don Pelayo, el Cid, Juana de Arco, el papa Julio II, Hernán Cortés, Simón Bolívar, entre otros. Según indicó el autor, en el contenido se critica de forma especial a Mao, Stalin, Hitler y Castro, aunque matizó que el general cubano no llegó a cometer las acciones y los crímenes que se relacionan con los otros personajes mencionados.

Durante la presentación, el escritor, Juan José Armas Marcelo, destacó por un lado, el sentido pedagógico del texto y, por otro, la perspectiva y el concepto de libertad y democracia desde donde abarca su discurso. "A estos personajes hay que mirarlos desde el punto de vista del poder que los manejó a todos, porque hay hombres e intelectuales a quienes les rige el poder, y a otros la libertad", dijo.

Por su parte, el periodista Ignacio Camacho destacó que la conclusión más importante del libro, a su juicio, es el hecho de que la política es inseparable del ejercicio de la violencia. Asimismo, resaltó que este libro enseña historia pero contiene una lección moral imprescindible: "La historia no es un proceso edulcorado de cambios evolutivos, sino que a menudo avanza sobre la destrucción".

Camacho hizo hincapié, por otro lado, en el estilo observador e irónico de un "ensayo ligero y nada normativo" de un autor que, según sus palabras, "maneja un castellano moderno y nada pesado".