Coque Malla: "Deberíamos intentar recuperar el sentido del humor y la ironía"

Coque Malla
Coque Malla - WARNER MUSIC - Archivo

Actualizado: jueves, 24 octubre 2019 14:18

MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS - David Gallardo) -

'¿Todavía crees en la revolución? ¿Todavía sueñas con cambiar las cosas?' Con estas dos preguntas arranca Coque Malla (Madrid, 1969) su nuevo disco de estudio, '¿Revolución?' (Warner Music, 2019). Así, entre interrogantes, dejando abierto el título, el significado y las posibles diferentes vías para llevarla a cabo.

"Puede tener también un sentido irónico, como una manera de decir que veo la revolución bastante poco probable", apunta con media sonrisa el músico madrileño quien, en cualquier caso, asegura que el disco no tiene un tono "tan trágico".

Y explica: "Hay una pregunta a la que le sigue una respuesta bastante pesimista. Necesitamos una revolución o un cambio profundo que nos haga a todos un poco más felices o que nos haga tener una vida más digna... Porque lo de la felicidad es bastante relativo".

Tras lanzar esta idea, aclara que el disco es "bastante positivo porque, aunque la revolución sea imposible, hay un montón de cosas que hacen que merezca la pena vivir". Por eso la segunda canción es 'Nos queda la música', que está ahí aunque "no sea posible la revolución".

REDES SOCIALES

Lo cierto es que lanza Coque ideas diversas a lo largo de la decena de canciones que suponen su regreso discográfico después de tres años. Así, por ejemplo, en 'Extraterrestre' reflexiona sobre esta sociedad de exposición constante en las redes sociales, con la autocensura como una de sus caras más oscuras.

"Para conseguir ser absolutamente inmune a las críticas de los demás y de la censura que muchas veces nos imponen hay que ser un poco extraterrestre", resume, añadiendo que esta canción en particular "parte de la idea terrible de autocensura que nos estamos imponiendo a nosotros mismos".

A su juicio, "al final la censura no la están llevando a cabo unos seres perversos y poderosos que viven en edificios altísimos, sino que la estamos haciendo nosotros mismos". "Eso es terrible", sentencia, para luego plantear: "Deberíamos intentar recuperar el sentido del humor y la ironía".

La balanza vuelve a pasar de cierto pesimismo al extremo opuesto en 'Un lazo rojo, un agujero', un tema en el que sobre una base funk y disco rapea Kase.O, quien envía al mundo proclamas como 'la revolución será de amor o no será'. Proponiendo quizás que el fin del mundo nos pille bailando

"Si tú quieres que sea, por qué no", responde Coque a esta última afirmación, pasando a explicar que en realidad "no hay un mensaje planeado a priori". "Escribo de forma bastante instintiva e intuitiva y de ahí surgen ideas e imágenes. Prefiero que a la gente le provoque emociones. Supongo que hay muchos mensajes entrelazados e incluso algunos contradictorios. Es bonito que sea así", reflexiona.

ECLECTICISMO

Desde el inicio de '¿Revolución?', propio de los Beatles del 'Sgt Pepper's', el disco se abre a todo tipo de estilos. Y llama la atención precisamente el funk de 'Un lazo rojo, un agujero', que partió del disco 'Random access memories' de Daft Punk. "Y hemos anotado muchísimos trucos de la grabación de 'Off the wall' de Michael Jackson", revela.

Partiendo desde ahí, "al final hay un poco de muchísima gente" de los sesenta y los setenta, según palabras del propio Coque, quien menciona incluso a Barry White o Diana Ross. Y en otra vuelta de tuerca, aparece Kase.O para meter sus versos rapeados: "Pero tampoco hemos inventado nada, Prince metió rap en canciones funk un millón de veces".

No faltan tampoco otras composiciones puramente cinematográficas como 'América', que surge de su propio deseo no materializado de mudarse con su familia, aunque también tiene un punto metafórico, pues "habla de las falsas expectativas y de cómo idealizamos algo que luego al conseguirlo se desvanece".

Los ambiciosos arreglos de cuerda y metal son los que marcan ese tono cinematográfico ya conocido por Coque de un tiempo a esta parte y que va a seguir explorando: "Abrimos una puerta que es muy difícil ya cerrar, que es la de dejar atrás las estructuras clásicas del rock y del pop que tantas veces he hecho y son maravillosas".

"Eso te hace ver la música de otra manera. Las canciones adquieren una profundidad de campo, hay varias capas y en todas ocurren cosas, hay mucho movimiento armónico. Y una vez que pones eso en práctica con cierto éxito creativo, es muy difícil volver atrás y volver a la simpleza. Es como descubrir un desván lleno de cajas de libros antiguos, de juguetes. He descubierto una mansión de la que quiero recorrer todas las habitaciones", destaca.

No falta tampoco ese rock al que hace referencia, por ejemplo en 'El árbol', si bien el madrileño afirma que "la definición de rock hace mucho que saltó por los aires", precisamente con el 'Sgt Pepper's' de los Beatles, entre otros muchos: "La gente escucha banda de rock e instrumentos sinfónicos e inconscientemente lo asocia a los Beatles".

"Esas fronteras entre el pop y el rock y lo clásico volaron por los aires hace mucho tiempo", reitera, para luego admitir que en este álbum "no hay un rock stoniano clásico y canónico", pero sí hay rock en 'El árbol'. Y tras un instante, resume sin rodeos: "Es un disco muy bailongo, la verdad".

"Me apetecía mucho que fuera así. Me gusta mucho bailar y me gusta desde siempre la música de baile. La gente se sorprende... '¡Haces funk!' Pero lo he hecho un montón de veces, en solitario y con Los Ronaldos. El funk está presente de una manera u otra en todos mis discos, solo que en esta ocasión lo hemos subrayado", subraya.

Esta variedad de registros se debe, en definitiva, a que Coque Malla tiende al "eclecticismo", de manera que es así como su personalidad se refleja en '¿Revolución?' Y confiesa entre risas: "A veces me censuro a mí mismo y quiero que un disco tenga una unidad sonora y conceptual pero no lo consigo, por eso termino haciendo funk o lo que sea. Así soy".

GIRA DE PRESENTACIÓN

Con el disco a la venta desde este viernes, lo que toca es presentarlo en directo a partir del 9 de noviembre en Salamanca. Después, mezclando teatros y salas, ciudades como Bilbao, A Coruña, Sevilla, Alicante, Valencia, Málaga, Cádiz, Murcia, Granada, Gijón, Valladolid, Barcelona, Madrid (15 de febrero, WiZink Center), Zaragoza y San Sebastián -todas las fechas están en www.coquemalla.es-.

Ante semejante agenda, el músico se muere de ganas de empezar: "El trabajo de estudio es agotador mental, física y emocionalmente. Las giras son unas vacaciones. El proceso creativo es muy duro y cada vez me cuesta más. Pero cuando salgo de gira con todo ensayado y el equipo montado, y somos como un circo en un carromato, soy feliz".

"Todo lo demás es un trámite para llegar a ese momento de libertad absoluta que es estar en la furgoneta con mi banda de escenario en escenario", prosigue, para luego distanciarse de esos músicos perezosos que con los años se encierran en casa: "Me gusta estar en casa con mis hijos, claro, pero mi hogar es el escenario y ahí es donde yo realmente me siento a salvo".

No sorprende tras estas afirmaciones que su deseo sea hacer "muchos conciertos y muchos kilómetros". "Ese es el éxito. Como también lo es que la gente se emocione con el disco y lo comprenda, que no lo etiquete. Que no piense que es un disco de electrónica o de funk o que es un panfleto sobre la revolución. Que entienda que tiene muchos significados, que es un disco ecléctico y abierto para ser interpretado como a cada uno le dé la gana", remata.