Lengua de Trapo pone sobre papel el desencanto de Nacho Vegas

Portada del libro 'Cajas de Música difíciles de parar'
LENGUA DE TRAPO
Actualizado: lunes, 3 diciembre 2012 17:09

MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

En 'Cajas de música difíciles de parar' (2003), su segundo disco, Vegas declaró la guerra total al pudor. Trituró la inercia cool e irónica de los años noventa y se mostró dispuesto a contar las cosas "oscuras" y "desagradables" que su generación había escondido debajo de la alfombra.

En 'Cajas de música difíciles de parar o el desencanto de Nacho vegas' (Lengua de Trapo) Carlos Prieto se propone analizar el contexto del que surgió el cantante: la escena indie y su fobia a los cantautores, la desmovilizada España democrática, la Asturias posreconversión y la tormentosa relación de Vegas con su padre. El libro se presentará el lunes 3 en la FNAC de Callao.

"Mis primeros discos son de 2001 [Actos inexplicables] y 2003 [Cajas de música difíciles de parar]. Soy un hijo del aznarismo. Los músicos de mi generación venían del desencanto político. Había muy pocas ganas de hablar de lo que estaba pasando, del mundo en el que vivíamos, el indie era muy evasivo. Caímos en la trampa generacional de tomarnos la política a broma y hacer chistes sobre todo. Creo que en las sesiones de Cajas de música intenté escapar del apoliticismo indie reflejando por primera vez lo que ocurría a mi alrededor", señala Nacho Vegas.

"A Nacho Vegas el conflicto le estalló en casa, en plena cara, no tuvo la oportunidad de mirar hacia otro lado. Las incoherencias políticas del cabeza de familia, su dejadez suicida, su herencia en forma de inestabilidad sentimental... Un cóctel de conflictos que alimentó su carrera en solitario", explica Carlos Prieto.

"Mi padre es como un fantasma que siempre me acompaña. Quizá por eso sigo tocando "El ángel Simón", la piedra angular de mi primer disco y quizá de toda mi carrera", contaba el músico a la revista Rolling Stone en 2009.

PROBARLO TODO

En esta misma línea, Carlos Prieto explica que Vegas era un músico dispuesto a no callarse nada en las canciones y a probarlo todo en la vida real. "Estaba demasiado enfervorecido haciendo bandera de la sinceridad, llevando el indie hacia terrenos conflictivos y desconocidos, como para preocuparse por lo que se cuchicheaba sobre él", precisa.

"Nacho habla de la heroína porque es un factor más de su vida, la que está contando, un factor importante que alguien tan sincero como él no puede obviar. Y habla de la heroína en un tono triste, doloroso casi. Ni siquiera el *Heroin* de la Velvet Underground, que habla con tanta intimidad, se involucra tanto. Es bastante más fría", señala Fernando Alfaro.

"El malditismo de sus discos era casi una consecuencia necesaria de su estrategia artística: honestidad brutal contra la música cosmética. Por el otro, al margen de su obra, Vegas no supo/quiso poner freno a su leyenda de músico maldito, desenfrenado y al límite. Al menos, al principio. Vegas alimentó su leyenda", concluye el autor.

Carlos Prieto (Madrid, 1974) trabajó en la sección de cultura del diario Público entre 2008 y 2012. Es miembro fundador del colectivo Ladinamo y coordinador del libro Ike. Retales de la reconversión (Ladinamo Libros, 2004). Es uno de los autores del ensayo colectivo CT o la Cultura de la Transición (Mondadori, 2012).