Skunk Anansie ofrecen lo mejor de su rock noventero

Actualizado: jueves, 10 febrero 2011 0:33


MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

Aunque su reunificación en 2009 con disco de grandes éxitos y gira tras ocho años en el dique seco fue recibida con escepticismo por sus seguidores por aquello del 'todo por la pasta', pronto quedó claro que Skunk Anansie no son de ese tipo de gente. De hecho, probablemente son la única banda de rock de los noventa que puede regresar una década después y hacerlo mejor que entonces, retomando su carrera en el punto exacto donde lo dejaron, aunque, eso sí, todos, ellos y sus seguidores, diez años más viejos. Y más sabios también.

No hizo falta más que la apertura con 'Yes It's Fucking Political' para aclarar que el tiempo pasa para todos menos para la felina vocalista británica Skin. Y es que, ante un público básicamente treinteañero y forjado musicalmente en aquellos años noventa del rock alternativo en los primeros puestos de las listas de ventas de medio mundo, Skin ha demostrado que 43 inviernos no son nada para ella que mantiene intacta su capacidad de atraer todas las miradas gracias a un incontestable carisma, sus movimientos de fiera enjaulada y una voz capaz de alcanzar registros estremecedores.

La de esta noche ha sido la tercera actuación de Skin, Cass, Ace y Mark en La Riviera madrileña, después de las de 1999 y 2009, probablemente siempre con el mismo núcleo de seguidores a lo largo de los años -pocas caras nuevas verán en esta nueva etapa entre su público, aunque también las hay-. Ahora presentan su reciente cuarto disco de estudio, 'Wonderlustre', el primero en una década y que confirma que están de vuelta para quedarse y disfrutar el momento. Nuevas composiciones como 'My Ugly Boy', 'Over the Love' o 'You Saved Me' así lo atestiguan.

Nuevas canciones que, como suele suceder, fueron aplaudidas pero recibidas con cierta tibieza si se compara con sus mayores y más coreados éxitos, tales como 'Hedonism', 'Brazen (Weep)', 'I Can Dream', 'Baby Little Swastikka' (con la que cerraron), 'Twisted', 'Secretly', 'Hedonism' o 'Weak', todos ellos de sus discos 'Paranoid & Sunburn' (1995), 'Stoosh' (1996) y 'Post Orgasmic Chill' (1999).

Su prematura separación cuando estaban en clara progresión dio al traste con sus posibilidades de acceder a la primera división del rock mundial, pero hoy por hoy Skunk Anansie siguen ofreciendo un espectáculo vigorizante y revitalizador como pocos, siempre navegando entre la ruidosa furia desatada de sus temas más agresivos y otros momentos más tranquilos aunque de épica tampoco nada contenida.

Con 'Baby Little Swastikka' finiquitaron una actuación de algo más de hora y media de duración que obligó a los asistentes a emplearse a fondo para seguir el frenético ritmo marcado desde el escenario por una banda tan fiable como un Renault 5 de 1987, cuando los coches se fabricaban para durar para siempre. Como para siempre pueden durar también Skunk Anansie a poco que se lo propongan, pues cuerda para rato tienen. Y su público tan contento de acompañarles a lo largo de los años.