SEVILLA 21 May. (EUROPA PRESS) -
El investigador Ariel Finguerman profundiza en la doctrina de la religión judía y cuestiona el dogma que señala a Israel como el "pueblo elegido" en su libro 'La elección de Israel. Estudio histórico comparado sobre la doctrina del Pueblo elegido en las religiones' (El Almendro).
Finguerman, investigador del Centro de Estudios Judíos de la Universidad de Sao Paulo, hace en esta obra un viaje por más de 3.000 años de historia del pensamiento teológico e indaga sobre el concepto de "pueblo elegido" en religiones tan diferentes como las de la antigua Babilonia, los africanos yorubas, la china de Confucio y el cristianismo paulino, explicó a Europa Press el director de la editorial, Jesús Peláez.
Así, según Peláez, el autor plantea que si el judaísmo cree que la divinidad creadora del universo ama especialmente a la ciudad de Jerusalén, dicha creencia es "irreconciliable" con el credo babilónico de que el dios supremo habita en la capital mesopotámica.
Por otro lado, si los dioses realmente se ocuparon en especial de la construcción de Babilonia, como creían sus habitantes, dicha creencia "contradice el credo yoruba de que las entidades espirituales que gobiernan el mundo nacieron en la ciudad africana de Ife".
En definitiva, queda patente como la doctrina de la elección de una religión excluye, naturalmente, las demás posibles elecciones, siendo por "propia definición incompatible con las demás, pues cada una de ellas cree estar ocupando el centro del mundo".
Por otro lado, la obra trata de explicar por qué la doctrina de la "elección" originó el más grave conflicto histórico entre judíos y cristianos, al considerarse éstos el verdadero pueblo elegido. En este sentido, el autor propone que "no hay otra vía de salida" para el diálogo entre judíos y cristianos y, en general, entre las distintas religiones que la tolerancia.
"Sólo la tolerancia parece tener el poder de abrir una perspectiva de convivencia religiosa (en el sentido más amplio del término) entre judíos y cristianos. El mutuo conocimiento ayudará, sin duda, al diálogo interreligioso y obligará a revisar ciertos dogmas basados en una lectura fundamentalista de las Escrituras y Tradiciones Sagradas", indica el autor.