COLONIA (ALEMANIA), 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
La selección alemana se proclamó campeona del Mundo de balonmano, por tercera vez en su historia, tras imponerse, en la final disputada en el país germano, a Polonia (29-24).
En un partido en el que el arbitraje de los colegiados franceses volvió a dar mucho de qué hablar, permitiendo una dureza defensiva alemana rozando el límite de lo permitido en muchas ocasiones.
Los anfitriones, que se deshicieron de España en cuartos de final, y de Francia, campeona de Europa, en las semifinales, suceden en el palmarés del torneo a la selección española, que no pudo reeditar el título conquistado en Túnez hace dos años.