MADRID, 8 DE FEBRERO (EDIZIONES)
Por fin. Tras varias semanas de espera, llegó el gol número 100 de Fernando Torres con el Atlético de Madrid. Un gol de delantero, de 9. Un gol que redondeó un buen y difícil partido ante uno de los equipos revelación de este año, el Eibar, que llegó al Vicente Calderón con ganas de competir. Pero Fernando Torres se ocupó de sellar el marcador.
El estadio se vino abajo. Todos los aficionados atléticos llevaban tiempo esperando que uno de sus mayores ídolos consiguiera llegar a esta cifra tan redonda. La explosión de júbilo fue tremenda, empezando por la del Cholo Simeone. Una evidencia del buen rollo que existe entre entrenador y jugador es esta, la de la celebración del técnico del gol del 9 rojiblanco.
En cambio, Fernando Torres lo celebró con su calma habitual. Es un jugador muy tranquilo, que siempre busca los mejor para el equipo. Además, tuvo el detalle de regalar su camiseta a quien fue su descubridor, Manolo Briñas. Un gesto que denota la calidad humana de Torres. Porque él es bueno dentro y fuera del campo.
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