Fútbol.- Fabio Capello se marcha por segunda vez del Real Madrid tras ganar un título, pero esta vez obligado

Actualizado: jueves, 28 junio 2007 16:10

MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

La historia del italiano Fabio Capello y Real Madrid volvió a repetirse hoy tras confirmar el club blanco que no seguirá contando con el técnico, que volverá a dejar la casa blanca, diez años después de hacerlo en 1997, también con el título liguero debajo del brazo.

La diferencia es que en aquella ocasión fue el entrenador el que decidió rescidindir su contrato con el Real Madrid tras recibir una llamada de Silvio Berlusconi y su AC Milan, mientras que esta vez es el club blanco el que decide prescindir de sus servicios.

A pesar de que ha sido de la mano del transalpino de la que el Real Madrid ha recuperado la senda de los títulos después de su dura sequía, el estilo de juego de Capello parece que no ha convencido y se ha decidido cambiar el inquilino del banquillo, una vez más.

Desde la marcha de Vicente del Bosque tras conquistar la Liga de 2003 ningún técnico ha podido volver a sumar títulos, salvo la Supercopa de esa misma temporada. Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo y López Caro salieron por la puerta de atrás, pero, una vez más, la Liga no garantiza la continuidad.

En el caso de Del Bosque, el salmantino terminaba contrato y se decidió no renovarle para buscar un entrenador con otro perfil, otro librillo, y ahora Capello es ajusticiado por su estilo conservador y por la ausencia de fútbol vistoso en el Bernabéu.

Un día antes de la cita europea de cuartos ante el Bayern, el pasado 19 de febrero, corrió el rumor de la posible dimisión del entrenador. Nunca se confirmó, como tampoco su destitución de la que se habló en muchas ocasiones, pero tras la eliminación ante los muniqueses y el empate en el Camp Nou (3-3) el equipo resurgió.

Así, Capello nuevamente consiguió hacer al Real Madrid campeón, como en su primera etapa como técnico merengue, aunque entonces el equipo causó estragos clasificatorios desde el principio y tomó el liderato en la jornada 14 y no lo cedió.

DOS TÍTULOS SIMILARES CON DIEZ AÑOS DE DIFERENCIA

Ambos títulos guardan además ciertas similitudes. Entonces, el técnico, nacido en Pieris, fue la piedra angular del primer proyecto de Lorenzo Sanz, delfín de Ramón Mendoza, con la idea de que sus métodos y férrea disciplina hicieran olvidar el desastre futbolístico de la anterior campaña, en la que fue destituido Jorge Valdano y el remiendo de Arsenio Iglesias no evitó que el Real Madrid se quedara fuera de Europa mucho tiempo después.

El pasado verano, Ramón Calderón, elegido presidente en unos polémicos comicios, devolvió el mando del vestuario a Capello, precedido por su fama de 'duro', con el propósito de 'limpiar' definitivamente los vestigios del 'florentinato' y sobre todo corregir la leyenda de que los 'galácticos' eran capaces de doblegar el criterio de cualquier técnico.

Hace diez años, Capello afrontó el tramo final de la temporada con la Liga como único objetivo. Sin competición europea por los mediocres resultados del pasado año y eliminado en octavos de la Copa del Rey por el FC Barcelona, el preparador italiano sólo tuvo que dirigir la nave rumbo a la Liga. En esta ocasión, en enero se marchó igualmente de la Copa en octavos ante el Betis y en marzo de Europa ante el Bayern.

Desde entonces, Capello y el Real Madrid han ido a una, la Liga, con resultado excelente, e igualmente de la mano de memorables remontadas como las de hace diez años. Entonces, el equipo contaba con el carácter de jugadores como Hierro, Redondo, Sanchís, Mijatovic o Roberto Carlos y Raúl, dos de los tres (junto a Guti) que se mantienen de la primera etapa de Capello. Ahora son Casillas, Sergio Ramos y los incombustibles Roberto Carlos y Raúl los que ondean la bandera del 'madridismo' en tardes tan gloriosas, sin olvidar la puntería del holandés Ruud Van Nistelrooy.

En esta recta final, el italiano alcanzó su primer gran propósito, devolver a los jugadores el orgullo de vestir la camiseta madridista. Ante el Sevilla, Recreativo o Espanyol, quien iba ganando al descanso en el Bernabéu por 1-3 para terminar claudicando por 4-3, el equipo demostró la raza suficiente para ponerse en situación de ganar la Liga.

MÚLTIPLES DIFICULTADES.

Aunque antes de eso, Capello ha sobrevivido a miles de 'batallas' y sobre todo al mediocre juego de su equipo. En otoño ya recibió los primeros avisos con la escandalosa derrota en Getafe (1-0), en la que los jugadores adolecieron de cualquier tipo de actitud positiva. Llegarían después las derrotas en el Bernabéu ante Celta (1-2) o Recreativo (0-3), y las dudas generadas por los 'caprichos' del italiano, Emerson y Cannavaro.

Capello se encontró además con la problemática de Ronaldo, un goleador, pero sin la tensión competitiva que deseaba el italiano. Su marcha en el mercado de diciembre coincidió además con uno de los peores momentos deportivos de la temporada, con derrotas consecutivas ante Villarreal y Levante que dejaron al técnico en la cuerda floja.

La decisión de apartar a Beckham del equipo, tras el anuncio de su marcha a los Galaxy, y la imponente presión mediática contra Calderón y sus decisiones, por todo lo que arrastraba el voto por correo, hicieron tambalear a Capello.

Además, no encontraba la fórmula, ni con los nuevos -Gago e Higüaín- ni con los 'viejos', Salgado o Helguera. Cuando 'Míchel' ya recogía los bártulos del filial para afrontar su gran sueño llegó el partido en el Camp Nou ante el todopoderoso FC Barcelona. Y el Real Madrid resucitó, bajo la batuta de un Guti sensacional. No pudo evitar el empate 'in extremis' con golazo de Messi, pero el equipo y el técnico por fin se encontraron.

Ambos empezaron a creer que era posible salir de la mediocridad y al principio a duras penas, con victorias pírricas ante Nástic o Celta, y más tarde con autoridad ante Valencia, Athletic o Sevilla, acertaron con el camino hacia el título.

Atrás quedan los 'affaires' con el indomable Cassano, los devaneos con Robinho, un día sí y otro no, la suplencia de veteranos como Salgado, la irrupción del joven Torres frente al ostracismo de Pavón o Mejía y sobre todo la mediocridad del juego del equipo durante la mayor parte de la temporada, que ahora parece ser lo que le ha pasado factura.