MADRID 18 May. (EUROPA PRESS) -
El capitán del Atlético de Madrid, Gabi Fernández, ha sido el encargado de levantar la Copa del Rey y de mostrar a los miles de aficionados rojiblancos una Copa que significa el sacrificio de los jugadores durante toda la temporada y el toque impuesto por el técnico Diego Pablo Simeone que, en su temporada y media al frente del banquillo, ya suma tres títulos con el equipo madrileño.
Nada más pitar el final de la prórroga, los jugadores del Atlético se tiraron en masa a un césped donde compartieron su alegría con la decepción de los jugadores madridistas, que estallaron en lágrimas al dejar escapar el único título que faltaba de la temporada en su estadio y ante su afición.
Después de que los jugadores blancos subieran al palco a recoger sus medallas, era el turno para los 'colchoneros', que no tardaron en abrazar la Copa y cantar el habitual 'We are the champions'. Más tarde, la mítica canción de Queen dio paso al himno del centenario compuesto por Joaquín Sabina, una banda sonora que sirvió para que los jugadores, con la Copa pasándose de manos y ataviados con sus banderas, dieran la vuelta de honor, agradeciendo la entrega a una afición que siempre creyó en la victoria.
Las lágrimas, aunque de alegría, también asomaron en los ojos de los jugadores atléticos, como en los de Radamel Falcao, el gran experto en finales con el equipo del Manzanares. Uno de los que más animó la contienda fue el portero Thibaut Courtois, que en este partido pudo consagrarse como uno de los mejores guardametas del mundo. Aunque la fiesta no cesaba en el Bernabéu, la celebración se prolongaría en los alrededores del Dios Neptuno, feliz por recibir, una vez más, a una hinchada con ganas de festejar un nuevo triunfo.