MADRID, 22 DE FEBRERO (EDIZIONES)
La pasada jornada de liga en Alemania se vivió uno de los momentos más insólitos que pueden pasar en un campo de fútbol. Cierto que se han visto muchas cosas extrañas, pero algo tan raro como que el árbitro del encuentro decida irse del partido de “motu propio” no es nada normal. Esto pasó en el partido que jugaron el fin de semana pasado el Bayern Leverkusen y el Borussia Dortmund, uno de los partidos estrella de la liga alemana.
Todo ocurrió tras el gol que el Borussia Dortmund hizo en el encuentro, y el que a la postre le valdría la victoria y los tres puntos. Corría el minuto 63 de partido. El entrenador local, Roger Schmidt, comenzó a proferir airadas protestas al árbitro por el gol recibido. El colegiado, Felix Zwayer, decidió expulsar al técnico del equipo de la aspirina. Hasta aquí, todo normal.
Lo que se salió por completo de lo ordinario fue que el árbitro, ante la negativa reiterada del entrenador del Bayer Leverkusen a abandonar el campo, decidió acabar con el encuentro y mandar a los dos equipos a los vestuarios. Nadie, ni jugadores ni aficionados ni periodistas acreditados, podían creer lo que estaba pasando. Al final, el árbitro decidió reanudar el partido 10 minutos después y sin Roger Schmidt en el banquillo.