ZARAGOZA, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Zaragoza se llevó el duelo ante el Atlético de Madrid, tras sacar el máximo partido a un solitario tanto de Diego Milito, en un partido que bien pudo acabar en tablas por el dominio del balón por parte rojiblanca, pero en el que los maños sacaron algo más que tres puntos, por el valor moral de la victoria ante un rival directo en la lucha por Europa.
Los maños aprovecharon a la perfección la derrota del Valencia ante el Racing de Santander en el día de ayer y se sitúan momentáneamente en la cuarta plaza de la clasificación, dejando fuera al Real Madrid y poniendo cada vez más difícil la lucha por los puestos europeos.
El duelo entre el quinto y sexto clasificado de la Liga prometía. Ambición, juego y emoción no le faltó a un choque en el que a diferencia de los últimos partidos del Atlético fuera de casa, los de Aguirre salieron enchufados y dispuestos a conseguir una victoria que discerniera a qué puede aspirar este equipo.
Buena culpa de ello la tuvo el propio conjunto zaragozano, que fiel a su estilo dejaba grandes espacios. La presión en el medio no existía y los madrileños lo aprovechaban ya que no necesitaban elaborar las jugadas en exceso, uno de los lastres de este equipo que necesita de un futbolista de creación imperiosamente.
OCASIÓN DE AGÜERO PARA CAMBIAR EL PARTIDO
Fruto de ello, Agüero pudo cambiar la tónica del encuentro, cuando tras un buen pase de Luciano Galleti, el argentino lanzó un fuerte disparo que salió lamiendo el poste de la portería defendida por César.
El madrileño Gabi parecía muy motivado ante el que será su equipo la próxima temporada. Jurado, que sigue creciendo, le comía el terreno a Diogo incapaz de parar al gaditano salvo en faltas, y el atlético se veía capaz de superar a un rival directo en la lucha europea. A ello ayudó otra ocasión, en este caso de Fernando Torres que se internó por la banda y decidió centrar, sin encontrar a nadie, cuando lo más claro parecía ser el disparo.
A pesar de controlar el balón, los de Aguirre lo movían, pero sin ninguna profundidad. La sensación de igualdad era patente, pero las mejores ocasiones y de mayer peligro eran de los locales, que exprimían su escasa posesión del balón al máximo, con Diego Milito creando verdaderos quebraderos de cabeza a la defensa 'colchonera'.
MEDIOCAMPO ZARAGOCISTA MUY SUPERIOR
El centro del campo zaragocista tenía otra velocidad y es que Celades y Zapater encontraban en Aimar y D'Alessandro dos auténticos puntales, a las que apoyaba un delantero centro con una gran movilidad.
Fue precisamente así como llegó el único tanto del partido. Aimar con un pase magistral desde su propio campo, entre los centrales, como mandan los cánones, puso en jaque a la defensa rojiblanca, que volvió a hacer agua y dejó solo a Diego Milito que recortó a Zé Castro para batir con un disparo inapelable a Leo Franco.
El 1-0 quitó numerosos espacios al los del 'Vasco' Aguirre, cuyo equipo quedó muy tocado, sabedor de que los encuentros fuera de casa, ya no están siendo la salvación como hace unas jornadas.
La segunda parte no hizo sino confirmar las virtudes y las necesidades de unos y otros. Los de Víctor Fernández no dudaron en echarse atrás y salir a la contra, sabedores de que sus contras eran mortales y en cambio su rival no tenía mordiente.
El partido quedó entonces totalmente deslucido con un equipo que sabe jugar y no quería y con otro que intentándolo no tiene la calidez que los maños en el centro del campo y comienza a ver ciertos fantasmas para alcanzar su gran objetivo de alcanzar europa.
