MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
El libro 'Yo no temo a los tiburones', escrito por David Meca y editado por 'Alienta Editorial', sale este martes a la venta y narra las principales vivencias del nadador, entre ellas el episodio de su positivo por nandrolona y detonante de que se plantease "hacer cosas diferentes".
"Como todo el mundo, he pasado momentos buenos y otros malos. Mi infancia no fue fácil, con múltiples problemas físicos y complejos. Mi marcha a Estados Unidos con dieciocho años, solo y sin un destino fijo, dejando atrás a la familia, tampoco fue fácil. Y mucho más complicado aún fue el episodio de la injusta acusación de dopaje de la FINA, que me mantuvo durante años en un estado de nervios permanente", escribe el catalán.
Este indica que "una y otra vez" se repuso de estos tropiezos. "Y cada vez que me levanté me hice un poco más fuerte. Al final eso es lo que cuenta: seguir luchando. En mi caso seguir nadando, pues esta es mi forma de luchar", confiesa.
"Puedo decir con orgullo que ya no tengo miedo a los tiburones, ni a los de verdad ni a los imaginarios, ni siquiera a los que, disfrazados de buenas personas, alguna vez se quisieron aprovechar de mí o morderme. Y he descubierto que hay algo más peligroso que esos fieros animales: el miedo al fracaso", asevera Meca en las páginas del libro.
El español también habla en esta obra de sus "proezas" como cuando cruzó a nado el Estrecho de Gibraltar tres veces o recorrer a nado la distancia que separa la Península Ibérica de las Islas Baleares, motivadas por la lucha que tuvo para demostrar su inocencia.
"De no haber sucedido el episodio del dopaje, seguramente nunca me habría planteado hacer cosas diferentes, como unir a nado, a lo largo de más de 100 kilómetros, las islas de Tenerife y Gran Canaria, o batir el récord del cruce el Estrecho de Gibraltar o nadar de un tirón desde la Península hasta Baleares", afirma.
En este sentido, tras conocer que la FINA le acusaba de dopaje en 1999, decidió que "lucharía hasta el último suspiro" para demostrar su inocencia, aunque todos esos años lo guarda como "una mala época". "La peor de mi vida, sin duda", señala.
"Fue sin duda el hecho más trascendental de mi existencia. Todo aquel episodio del falso dopaje me agitó de tal manera que sentí la necesidad de emprender una especie de cruzada personal para demostrar no sólo mi inocencia, sino que podía ser un deportista único y alcanzar los mayores éxitos en mi especialidad. Fue entonces cuando se me ocurrió lo de los retos, lo cual demuestra que las crisis son también, como nos repiten una y otra vez los gurús del 'management', la semilla de nuevas oportunidades", asevera el español.
