Montañismo.- Iñurrategi, Vallejo y Latorre relatan su fallido ascenso al Everest con decepción, pena y satisfacción

Europa Press Deportes
Actualizado: martes, 10 octubre 2006 19:58

BILBAO 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los montañeros vascos Alberto Iñurrategi y Juan Vallejo y el catalán Ferrán Latorre, miembros de la expedición BBK-Everest 2006, relataron hoy en Bilbao su experiencia fallida de hollar la cumbre de la cima más alta del mundo por su vertiente norte, a través del corredor Hornbein, con una mezcla de sentimientos de tristeza y decepción por tener que desistir en su intento cuando apenas restaban 448 metros por superar, pero también de satisfacción, por el trabajo realizado.

Un cúmulo de "pequeños factores que se fueron sumando" durante el intento de atacar la cumbre provocaron que los montañeros fueran sometidos a un sobreesfuerzo que mermó sus capacidades físicas a la hora del ataque definitivo, según explicaron Iñurrategi y Vallejo.

Así, recordaron la "grandísima nevada" que cayó cuando se hallaban en el campo base "que convirtió una morrena muy cómoda de roca en una camino glaciar que costó seis o siete horas" en superar hasta llegar al 'vivac' de la base de la pared, o las dificultades que tuvieron a la hora de colocar las tiendas, a 7.200 y a 7.900 metros. "En colocar la primera tardamos tres horas y media, y dormimos muy mal porque los laterales de la tienda estaban colgando en el vacío", recordó Vallejo, que subrayó que eso les hizo "seguir acumulando gasto extra"

El día 2 de octubre, la expedición salió de la base del corredor Hornbein, a 7.900 metros. Al poco, a 8.200 metros, Ferrán Latorre "empezó a encontrarse mal" y comunicó a sus compañeros "que se daba la vuelta".

"Alberto y yo seguimos unos 300 metros más, y a los 8.500 yo no me encontraba en condiciones, y pensando que nos quedaba todo un día de descenso muy técnico y bastante comprometido decidí que daba la vuelta", siguió relatando Juan Vallejo, que aseguró que lo sintió "mucho porque eso casi obligaba a Alberto a bajar", pese a que el guipuzcoano "estaba con bastantes fuerzas y tenía posibilidades de haber seguido hacia cumbre", añadió.

El catalán Ferrán Latorre, el último en sumarse a la expedición --fue invitado en sustitución de Mikel Zabalza-- y el primero en sentirse sin fuerzas para continuar, confesó su "doble decepción", por no haber podido subir, y por impedir que lo hicieran sus dos compañeros de expedición, "que es la peor de las decepciones", aseguró.

"Es decepcionante dejarlo porque no estás físicamente bien para darlo todo como pensabas", afirmó el alpinista catalán, que ya "intuía" la noche anterior que no podría culminar el reto en el que tanta "ilusión" había puesto. "Uno se va con la sensación de haber fallado un penalti en la final", apostilló.

Alberto Iñurrategi no quiso ahondar en el sentimiento de culpa de su compañeros y señaló que "las cosas se dan como se dan en la montaña y hay que aceptarlas". "Creemos que el planteamiento de la escalada y el desarrollo lo llevamos un bien. Nos falló la salud. Toda esa suma de pequeños problemas incidió en el resultado final", declaró.

TRISTEZA Y SATISFACCION.

El de Aretxabaleta no negó que siente "muchísimo" no haber podido hacer cumbre". "Me da muchísima pena", admitió, aunque dejó claro que está "muy satisfecho" del "trabajo realizado hasta los 8.400 metros" y del ambiente de "grupo" que se formó entre los tres. "Tengo una mezcla de satisfacción y tristeza", reconoció el montañero, que explicó que en condiciones normales hubiera tardado "ocho horas" en recorrer los menos de 500 metros que restaban por ascender.

Alberto Iñurrategi aseguró que "en ningún momento" se le "pasó por la cabeza subir solo" y, citando a Oteiza, afirmó que "la aventura puede ser loca, pero el aventurero cuerdo". "Hubiera sido una locura. Otra cosa hubiera sido estando a 8.600 o 8.700 metros", manifestó

Pese a todo, al montañero guipuzcoano no le dan ganas de volver a intentarlo. "Yo, desde luego, de momento no". Un sentimiento compartido por Vallejo, que señaló que "no son vías para ir todos los años".

"TRES NAUFRAGOS VISTOS DESDE EL ESPACIO".

Por su parte, el también montañero Juanjo San Sebastián, que les 'protegió' desde el campo base, quiso destacar el valor del intento realizado por los tres montañeros, recordando que "en la historia del Everest se recogen cerca de 3.000 ascensiones, y sólo tres se han hecho en un estilo tan puro y tan limpio como lo han intentado Ferrán, Juan y Alberto".

"Cuando se hace una apuesta tan audaz, es muy posible que no se logre. Pero merece mucho más la pena intentar un objetivo tan ambicioso, con esa limpieza, a pesar de no lograrlo. Tiene mucho más interés para la historia del alpinismo cómo se hacen las cosas que qué cosas se hacen", subrayó.

San Sebastián confesó que pasó "miedo" observando desde su objetivo a sus compañeros porque desde el campo base se les veía "como tres náufragos vistos desde el espacio, sin nexo de unión entre ellos y sin vía de escape hacia abajo". "Era una sensación de desprotección y riesgo", concluyó.

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