BARCELONA 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
El responsable de Omega Timing en los 15os Mundiales de Natación, que se están celebrando en Barcelona, Peter Hürzeler, no deja lugar a la arbitrariedad en las pruebas en las que son cronometadores oficiales y con un despliegue de medios y personas al alcance de pocos sirven a la FINA en bandeja los tiempos más precisos y sin margen de error posibles, siendo capaces incluso de salvar gracias a unas cámaras que captan 100 imágenes por segundo los errores de los nadadores que no tocan los paneles de tiempo.
En una visita con la prensa a las instalaciones de Omega en Barcelona, en el Palau Sant Jordi, Hürzeler desgranó los entresijos de un sistema que no quiere ni puede permitirse dejar ningún detalle sin resolver, desde las cámaras aéreas que controlan cada uno de los diez carriles, a los paneles de tiempo, las plataformas de salida y la maquinaria suiza capaz de registrar tiempos hasta la millonésima de segundo.
Pese a ello, siempre hay anécdotas. Sin ir más lejos, es la FINA quien obliga a Omega a detener los tiempos en las centésimas y no mirar siquiera las milésimas. Así, en la jornada del domingo, inaugural de la natación, la española Judit Ignacio y la japonesa Natsumi Hoshi quedaron a expensas de un 'swim off', una reválida, para saber cual de las dos pasaba a la final tras quedar igualadas en la decimosexta posición (última de acceso a ella) con un tiempo de 59.18, siendo finalmente la nipona la más rápida en la repetición de la serie.
Omega podría desigualar estas tandas sin hacer nadar de nuevo a los nadadores que igualen tiempos, pero la FINA marca que se haga de esta forma con los 'swim offs', a diferencia de en el atletismo que se miran las milésimas o hasta que se desempaten los tiempos.
Otro detalle, que también concierne a la delegación española, fue la descalificación del relevo de 4x100 metros masculino. Tras Aitor Martínez y Markel Alberdi le llegó el turno a Juan Miguel Rando, que saltó antes de tiempo y anuló el posterior récord de España que habrían conseguido con la última posta de Aschwin Wildeboer.
No obstante, Omega y la FINA han pactado por el bien de los nadadores y en pos del espectáculo que el tiempo máximo de adelanto en un relevo, es decir, que el relevista salte al agua antes de que su predecesor toque el panel de tiempo, sea de -0,3 segundos. Rando se lanzó este domingo al agua ocho décimas de segundo antes de que Alberdi tocara el panel, que mide 90x40 centímetros y tiene tacto en toda su superficie, saltando a partir de los 1,5 kilogramos de fuerza para evitar que el agua interfiera.
Y es que para que estos paneles de tacto hagan detener el crono se debe hacer entre 1,5 y 2,5 kilogramos de fuerza mínima, ya que una menor podría venir dada por el oleaje que hacen los propios nadadores. Con su gran tamaño y sensibilidad permiten que un nadador detenga su tiempo cuando y dónde quiera, sin tener que tocar una zona delimitada central. Para activar el panel hay que moverlo 2 milímetros.