La pistard española, bronce en puntuación, se inició hace apenas cinco años en el velódromo
LAOSHAN (CHINA), 18 Ago. (del Enviado Especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez) -
La pistard española Leire Olaberria, bronce hoy en la prueba de puntuación de los Juegos Olímpicos de Pekín, confesó que apenas le quedaban fuerzas en la última vuelta de la prueba en el velódromo de Laoshan, pero que se dijo que debía de gastarlas todas para poder alcanzar el podio y sumar la octava medalla para la delegación española, la tercera en ciclismo, en la capital china.
"He salido con la idea de ver cómo me encontraba en el primer sprint, He vigilado a Vos (oro), no pensaba que iba a ir tan rápido. Cuando ha salido ella he pensado que con ella se puede ir a cualquier lado. Había que ir con ella pero sin gastar mucho porque sabía que cien vueltas iban a acabar pesando. Los puntos que he cogido al principio me han dado mucha tranquilidad", explicó Leire junto al box español poco antes de la ceremonia de entrega de medallas.
Leire Olaberría vivía alejada de los óvalos de madera hasta hace apenas cinco años. Se inició en la pista con 26 años fruto de su relación con el también pistard Javier Azcue, que le habló de multiplicaciones, peraltes, ruedas lenticulares y 'culottes' cuando ella vivía muy alejada de ese mundillo. "A Javier se lo debo todo", apunta Leire, que pudo hacerse profesional y disputar la Copa del Mundo con el Cespa-Euskadi.
Mucho antes se entrenaba sobre un tartán en cualquier calle de estadio de atletismo. Olaberría fue campeona de España de los 100 metros en categoría cadete y se mantuvo en la élite hasta la edad junior, en la que los estudios y sus problemas de sobrepeso le apartaron del deporte rey de los Juegos.
"A media carrera ha habido un momento en que he tenido que coger un poco de aire porque estaba siendo muy intensa. Llevaba la intención de entrar en el penúltimo sprint, pero sabía que el último iba a ser el decisivo. No sabía cuántas fuerzas me quedaban pero sabía que lo que quedaba había que darlo ahí", prosiguió con su relato de la carrera.
Olaberría, "supercontenta de haber hecho la carrera que he hecho", dijo que ha sido "uno de los días en que más tranquila" ha hecho una carrera. "Suelo estar muy nerviosa. Creo que llevaba tres ó cuatro meses esperando este día. Se me ha hecho muy largo y he salido con muchas ganas porque he trabajado mucho y tenía que hacerlo bien por mi y por ellos también. Si esta medalla es grande lo es también por toda la gente que ha participado en ella", indicó.
A su juicio, Marianne Vos, la nueva campeona olímpica, demostró que es una corredora "con mucho talento". "Yo estoy encantada de poder acompañarla en el podio. No esperaba algo así tan pronto. Desde el Mundial me he mentalizado de que podía subir un peldaño, lo que pasa es que en unos Juegos, yo que vengo debutante ... No lo pensaba ni en mis mejores sueños. Creo que me va a costar asimilarlo", admitió.
Olaberría confiesa que para ser una velocista en la pista hay que estar "un poco loca", pues en los sprints se alcanzan los 60 kilómetros por hora, se cierra el espacio, los codos de una se grapan a los de la rival de al lado. "Me he enganchado a esa sensación porque es cuando más viva me siento. Me gusta cuando estoy ahí metida, por el contacto que hay. Al principio me asustaba mucho, pero, poco a poco, he ido cogiendo confianza. ¿Qué condiciones hay que tener? Tienes que ser buena rodadora y correr mucho con cabeza porque si te pasas un poco no acabas la prueba", manifestó.
La guipuzcona se felicitó por haber tratado con Joan Llaneras, que le ha dado buenos consejos "que hay que aplicar todos", y dice que aún le resta mucho camino por recorrer para seguir su misma senda. "¿Llaneras? He tenido la suerte de conocerle. A mí me queda mucho por aprender, pero tengo muchas ganas. Lo suyo es algo fuera de lo normal. Tengo ganas de seguir trabajando porque algún día a 'la' Vos le apretaremos un poco más", anunció la rodadora.
