PEKÍN, 11 Jul. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
La Policía china ha decidido ofrecer recompensas de hasta 500.000 yuanes (algo más de 46.200 euros) a todos aquellos ciudadanos que actúen como informadores y reporten cualquier actividad sospechosa de ser una "amenaza para la seguridad", según informa hoy en su web el portal Sina.com.
Con esta medida se pretende, indica la web, "movilizar a las masas e implicarlas en el mantenimiento del orden público" durante la celebración de las Olimpiadas en la ciudad.
Los temas de interés de la policía, y que harán merecedor al chivato de la recompensa, incluyen todos aquellos relacionados con actividades terroristas, organizaciones ilegales, el movimiento espiritual Falun Gong o intentos de atentados "dirigidos contra personal olímpico o extranjeros", según la web.
Sina.com, que cita una circular del Departamento de Seguridad Pública de Beijing (de quien depende la policía), indica que el sistema de recompensas, de entre 10.000 y 500.000 yuanes, será efectivo hasta el final de octubre.
Los ciudadanos pueden compartir sus averiguaciones a través de "la línea telefónica 24 horas 110, cartas, telégrafos, faxes y visitas al Departamento de Seguridad Pública".
En caso de que haya varios informadores la cuantía será repartida. Pero ningún chivato, aclara la circular, podrá ser retribuido más de una vez.
China ha protagonizado en los últimos días, a menos de un mes del inicio de los Juegos (se inauguran el día 8 de agosto), un recrudecimiento de los controles para garantizar que no haya sorpresas indeseadas durante las celebraciones. Las autoridades han extremado las medidas de seguridad en lugares como el aeropuerto o el metro, y prohibirán la entrada de visitantes a lugares como la Universidad de Pekín, una de las más prestigiosas del país y donde además se celebrarán las competiciones de tenis de mesa.
Pekín confirmó ayer, además, que había deportado a una ciudadana británica, de origen tibetano. Según el Ministerio de Exteriores chino, Dechen Pemba era miembro del Congreso Juvenil Tibetano y "reconoció sus fechorías" cuando fue detenida por la policía.
Pemba, a través de un comunicado, ha negado tener ninguna vinculación con esta organización y que los policías implicados en el operativo que llevó a su deportación (al menos 30 agentes, según sus cálculos) le exigieran siquiera admitir haber cometido ningún delito ni firmar ningún documento.