MELBOURNE (AUSTRALIA), 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
La tenista rusa Maria Sharapova se lamentó tras caer derrotada (6-1 y 6-2) ante Serena Williams en la final del Open de Australia, pues su rival "dominó desde el principio", apoyada en su servicio, "clave", según la rusa.
La jugadora rusa situó la clave de la final en el segundo juego del primer set cuando "todo empezó a ir mal". "Iba ganando 40-15 y le regalé mi servicio. Desde entonces, ella empezó a sentirse cómoda y consistente con su saque y, así, ha sido muy dificil hacerle un 'break'. Ha jugado un muy buen tenis, especialmente con su servicio", resumió.
Y es que Sharapova ya advirtió antes de la final de la importancia del saque y de su resto. "Lo avisé en la previa, todo era cuestión de sacar y restar bien. Es muy agresiva en todos sus golpes y lo ha sido desde el mismo comienzo del encuentro. He buscado algún momento de debilidad suyo, que me dejara alguna puerta abierta a la que agarrarme, pero no lo he encontrado", reconoció.
En este sentido, la moscovita restó importancia a sus lagunas con el saque durante todo el torneo: "No veo porque debería ser preocupante, es sólo una cuestión de confianza. No es posible sacar bien todo el tiempo. Creo que saqué bien, cuando lo necesité en los puntos importantes, pero hoy no sentí que pudiera tomar la iniciativa, a pesar de que tuve un par de 'breakpoints'", aclaró analizando su paso por Melbourne Park.
Sharapova, que recuperará el número uno en el ranking mundial a pesar de la derrota, no piensa que su tropiezo se debiera a subestimar a su rival: "Ha ganado los seis partidos anteriores aquí. No había ninguna razón para pensar que no fuera a jugar con confianza y a gran nivel en la final. Ganar una final de 'Grand Slam' y a las jugadoras que llegan a disputarla, requiere sacar tu mejor tenis", afirmó.
Sobre la rivalidad entre ambas, que ya se vio en la final del pasado Wimbledon donde venció fácilmente la rusa, Sharapova prefirió no comparar ambos enfrentamientos, puesto que "son dos torneos y dos etapas de su vida completamente distintos". "Antes sólo pensaba en ganar cada partido en el que saltaba a la pista, ahora, sin embargo, pienso en llegar a las últimas rondas y en ganar esos torneos", matizó ambiciosa Sharapova.
Finalmente, la soviética se apuntó al guión mostrado por Andy Roddick el día anterior tras caer también con estrépito ante Roger Federer: pasar página lo antes posible. "Estoy todo lo desilusionada que se puede estar tras perder un partido de tenis. Seré sincera. No me gusta perder. No es divertido. Vuelves al vestuario y sólo piensas que has perdido. Alguien cerca de ti lo está celebrando, está abriendo una botella de champán", comentó.
No obstante, la rusa cree que "esos momentos te hacen más fuerte. No necesariamente ahora mismo. Gane o pierda siempre llamo a mi madre después de cada partido. Ella siempre me dice lo mismo, que la semana que viene tengo otro torneo. Lamentablemente, era hoy su cumpleaños y no pude ganar para dedicarle el triunfo. Pero, hablar con ella, me hizo feliz. Hizo que volviera a darme cuenta de que sólo es una derrota más como otra cualquiera", concluyó.
