MADRID, 1 jun. (EDIZIONES)
Durante una inmersión en la isla Tiritiri Matangi, en Nueva Zelanda, Patrick Burke, instructor de buceo, de 32 años, se acercó a un pulpo con su equipo de vídeo, llamando la atención del animal con su foco y las luces.
El cefalópodo se acercó al buceador para investigar y puso sus tentáculos en la cúpula de su cámara durante unos segundos y después la soltó permitiendo que Patrick pudiera seguir grabando durante unos minutos antes de alejarse nadando.
"Me encantó esta interacción, ya que dio lugar a unas imágenes increíbles, y el tiempo que pasó conmigo antes de seguir su camino fue estupendo también", dijo Patrick a Caters.