EDIZIONES, 25 Nov.
A media semana de montarnos ya en el mes de diciembre, con el Black Friday encima, el encendido de las luces en las calles y la venta de turrón en los supermercados se puede decir que ya huele a Navidad. Y con la llegada de diciembre y las fiestas, llegan también las reuniones familiares y las -tediosas- cenas de empresa para las que es complicado poner una excusa creíble y salir airosos.
Para todos aquellos que disfrutamos de la compañía justa durante el resto del año, este periodo puede resultar un tanto estresante. Aunque en Japón es mucho peor. Desde noviembre hasta enero se celebra el bonekai y el shinnekai, las fiestas de despedida y bienvenida del año en las que es muy típico organizar cenas con compañeros de trabajo en las que se bebe y se come en grandes cantidades y en las que, además, ocasionalmente salen a la luz pequeños concursos de talentos de los que nadie se libra.
Cuando esto pasa, los niveles de estrés de algunas personas se ponen por las nubes y lo peor de todo es que no podemos dejar de acudir a estos eventos porque siempre será más comentada nuestra ausencia que alguna metedura de pata nimia que hagamos. Entonces, si no podemos faltar, pero tampoco queremos estar, ¿qué hacemos? Doraemon tiene la respuesta.
El usuario japonés @HALL_SHINE publicó recientemente una viñeta en la que Doraemon explica cómo escapar fácilmente de sus concursos de talentos -una tutorial que también podemos poner en práctica para escapar de nuestras cenas de Navidad y empresa. El tutorial dice así:
Un consejo para las personas que no tienen talentos y se enfrentan a un concurso de talentos: Te enseñaremos un mágico truco que cualquiera -incluso los más tímidos- pueden hacer sin complicaciones.
En primer lugar, haremos un cartel ninja y nos lo llevaremos a la cena.
Cuando sea nuestro turno, anunciamos que usaremos nuestro poder ninja para desaparecer.
Entonces, ponemos el cartel en nuestra boca, pronunciamos unas palabras mágicas, hacemos algunos movimientos ninjas con las manos y acto seguido nos vamos.
Seguimos así hasta llegar a casa.
Cuando en la cena de Navidad familiar el cuñado haya dado buena cuenta del vinate y te suelte frases como:
Le podéis decir: "¿Sí? Espera, dímelo que voy a buscar a tu amigo" y ¡Zas! ¡Bomba de humo!
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