EDIZIONES, 10 Oct.
Uno de los eventos más importantes para los estudiantes es la ceremonia de graduación que certifica que han terminado el colegio y pueden dar el paso a la Universidad o al mundo laboral. Para todos los chicos es importante, pero para los americanos aún más. O al menos esa impresión nos da por la cantidad de películas existentes de adolescentes y graduaciones: Togas, estolas, birretes... y la fiesta de después con esmóquines, pulseras de flores, limusinas, bailes y toda la parafernalia emocional de los días previos para pedir a una chica ser la pareja de baile. Así es para todos. ¿Para todos? No, para todos, no.
En 1945, Abner Simon, un chico de 17 años, fue reclutado para el servicio militar y participar en la Segunda Guerra Mundial unos meses antes de poder asistir a su ceremonia de graduación en el Orangefield High School de Texas, lo que le impidió tener su ceremonia y su diploma de graduado. Aunque tras la guerra estudió una carrera y se convirtió en predicador baptista, Abner siempre quiso tener su diploma de graduado escolar. Así que a los 89 años, 71 años después, decidió ir a su antiguo instituto a por una copia del mismo. El director, Stephen Patterson se enteró de la historia de Abner, y le llamó el pasado viernes para que fuera a firmar su diploma. Cuando llegó le esperaba una gran sorpresa:
El director reunió a toda la clase de último año, a la banda del colegio y le impuso la toga y el birrete naranja típico del instituto. Hicieron una ceremonia de graduación solo para él, 71 años después. Aunque oficialmente quedó inscrito como graduado en 1945, Abner Simon nunca llegó a recibir ese mensaje ni a tener ceremonia. Además, será considerado como un graduado de la promoción de 2017 y estará invitado a la ceremonia de graduación.
Una bonita historia con un bonito detalle para una persona que no pudo acabar el instituto debido a la guerra. 71 años después cumple un objetivo. ¡Enhorabuena!
