EDIZIONES, 15 DE Jun.
El Pogo Stick es en español el bastón saltador. Sí, el nombre no es nada glamuroso, suena mejor en inglés. Hace unos años, este aparato se puso muy de moda entre los niños y jóvenes españoles. Todo el mundo tenía uno. Hoy en día es difícil de ver a alguien por la calle o en un parque con uno de estos. Y mucho menos haciendo lo que hacen estos chicos, que son unos auténticos acróbatas del Pogo Stick.
Si alguna vez habéis subido en uno de estos, sabréis lo complicado que es dar tres botes seguidos. La superficie de contacto con el suelo es muy pequeña y mantener el equilibrio encima de un “bastón” es harto complicado. Pues viendo a estos tres artistas parece fácil. Además de hacer todo tipo de piruetas, lo hacen botar en cualquier superficie, ya sea el asfalto de la calle, las rocas de las montañas rocosas o el césped del parque de al lado de casa.

Cargando el vídeo....
El pogo es casi una extensión de su cuerpo. El dominio del aparato saltador es perfecto. O casi, porque como habréis visto en el vídeo, también hay alguna caída que otra... Para llegar a ese nivel de perfección hay que practicar mucho. Seguro que se os ha pasado por la cabeza la pregunta: ¿cuántas horas habrán invertido en esto? Y la siguiente pregunta es: con todas las piruetas que hacen, ¿cuántas veces se habrán caído? No lo sabemos, pero la respuesta a las dos preguntas es: muchas.