MADRID, 2 mar. (EDIZIONES)
El pasado 22 de enero, Josh Ogilvie, de 29 años, y su compañero de aventuras, Mike, se desplazaron hasta un acantilado de 40 metros de altura ubicado en la Costa Jurásica de Reino Unido para realizar un salto BASE de infarto.
El salto BASE es un deporte extremo que no está exento de terminar en un accidente mortal por la peligrosidad que entrama. Los practicantes de este deporte estudian cada salto antes de realizarlo y solo lo hacen si las condiciones son adecuadas.
En este caso el dúo británico de adictos a la adrenalina decidió añadir un extra de peligrosidad a su salto haciéndolo desde un acantilado de tan solo 40 metros de altura, una distancia aterradora por lo próxima que está al suelo.
Con esa distancia, el margen de error es limitado, pero, por fortuna, el dúo consiguió aterrizar con éxito, tal y como se puede ver en las imágenes grabadas por las cámaras de sus cascos.
El primero en saltar fue Mike mientras Josh observaba cómo el paracaídas de su compañero se abría rozando la cara del acantilado.
