Actualizado 04/10/2016 17:12

Este hombre sobrevive al ataque de un oso y cuelga un vídeo en Facebook nada más sufrirlo

   EDIZIONES, 4 Oct.

   Todd Orr es un ingeniero de caminos de Montana, estado americano en el que nació y en el que vive y desarrolla su profesión: ingeniero de caminos en el Gallatin National Forest. El pasado sábado sufrió una de las experiencias más impactantes de su vida: una osa grizzly le atacó dos veces mientras hacía senderismo en el parque de Beaverhead-Deer Lodgey. Cuando el animal le dejó en paz, Todd, aturdido, se dio cuenta de que había sobrevivido al ataque y decidió hacerse un vídeo y colgarlo en Facebook. Aquí podréis ver las imágenes, pero queremos ADVERTIR QUE LAS IMÁGENES SON DURAS Y PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD DEL ESPECTADOR.

  

   Orr explica en el vídeo que iba haciendo senderismo por un parque en el que sabía que había osos, de ahí que cada 100 metros gritara para espantarlos, además de portar un repelente para estos plantígrados. De repente, vio a una osa con dos oseznos acercarse a él. Todd roció a los osos con el repelente para evitar que le atacaran, pero aún con eso no lo pudo evitar: la osa fue a por él. Según él mismo cuenta en el vídeo que, al ver que se abalanzaba sobre él, se cubrió la cabeza y el cuello para evitar que le cortara la yugular con sus garras. Le mordió los brazos y los hombros, además de zarandearlo con fuerza.

   

   Aunque había quedado malherido y muy aturdido, Todd caminó en dirección a su camioneta, pero durante el trayecto sufrió un segundo ataque de la osa. Fue en ese ataque cuando le mordió la cabeza produciéndole la herida de la cabeza. “Luego me mordió el brazo y los hombros de nuevo. Uno de los mordiscos atravesó mi brazo y oí un crujido”. Decidió que no se movería hasta que la osa acabara: “Permanecí quieto, esperando a que terminara. Se paró, se mantuvo sobre mí y se produjo un silencio sepulcral, salvo por el sonido de su respiración y olisqueos”. Durante 30 segundos que le parecieron una eternidad, Orr pudo sentir las garras sobre sus lumbares y el “terrible olor que emanaba”, pero al permanecer quieto se marchó.

   En ese momento no sabía cuál era el alcance de sus lesiones: “Mi oreja, mi brazo y mi hombro. No sé qué puedo tener en mi cabeza debajo de la gorra. Creo que mi brazo está roto”. Con todas esas heridas en su cuerpo, Orr tuvo que caminar durante casi cinco kilómetros hasta llegar al lugar donde había dejado su coche, para después conducir unos 30 kilómetros para llegar al hospital más cercano.

   “No fue mi mejor día, pero estoy vivo”. Esa es la frase con la que este hombre, el superviviente a un doble ataque de oso grizzly concluye su historia. Los expertos en osos aseguran que Todd hizo lo correcto para sobrevivir: en caso de ataque, cubrirse el cuello y la cabeza y, sobre todo, no moverse y no pelear con el animal. Así hizo Todd. Por eso sobrevivió.