MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha reconocido que en los procesos de resolución de entidades, como sucedió en el caso de Popular y su posterior adquisición por el banco cántabro, presentan el inconveniente de que "siempre falta información y tiempo".
Así lo ha señalado durante su intervención en la Comisión de investigación del Congreso relativa a la crisis financiera de España y el programa de asistencia financiera, donde ha asegurado que la manera en que se desarrolló el proceso de resolución y venta de Popular es público".
"El problema de una resolución es que nunca hay demasiada información ni demasiado tiempo", ha señalado si bien ha defendido que se trató de un procedimiento comunitario "lógico" que se ajustó a la legalidad.
Aún así, el directivo de Santander cree que sería "conveniente" que existiera "un prestamista de último recurso" que permitiese a las entidades oferentes de disponer de más tiempo y, así, más información, para atraer a un mayor número de oferentes a procesos como el de resolución de Popular. "Eso sería deseable", ha apuntado.
Por otro lado, ha asegurado que Santander está "muy interesado" en que haya "la máxima transparencia" alrededor de dicho proceso, si bien es algo "difícil".
Álvarez ha explicado entonces que la entidad cántabra está proporcionando a la Justicia "miles de documentos", entre los que se encuentran datos de clientes individuales y de empresas. "No podemos dar información de clientes salvo que nos lo pida el juez y, en ese caso, lo daremos si lo necesita y lo pide, pero de 'motu proprio' no podemos, así lo requiere la normativa", ha señalado el consejero delegado.
Banco Santander, que invirtió 7.000 millones tras adquirir Popular, cuenta con obtener un retorno de alrededor del 13 o 14%. "Esperamos que el negocio del Popular, integrado en Santander, genere entre 900 y 1.000 millones de euros para obtener ese retorno. Esa sigue siendo nuestra expectativa", ha afirmado.
