Economía.-La CNMV extremará la vigilancia de las prácticas de abuso de mercado y la transparencia ante la crisis

Europa Press Economía Finanzas
Actualizado: jueves, 20 noviembre 2008 14:56

ZARAGOZA 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, explicó hoy que, ante la crisis actual, este organismo ha elaborado un plan de trabajo a medio plazo para supervisiones de conductas y mercados, una línea de trabajo que incidirá en vigilar con mayor énfasis las posibles prácticas de abuso de mercado y la transparencia de la información periódica de las empresas, porque ésta es "una crisis más por falta de confianza que por falta de liquidez".

Respecto al primer punto, se trata de vigilar la diseminación de información falsa y la utilización de información reservada en beneficio propio. En el segundo caso, se persigue mejorar la exactitud de la información periódica que ofrecen las empresas, potenciar la transparencia y de dar una información suficiente sobre las características de los productos financieros.

Además, la CNMV se esforzará para asegurarse de que las empresas que prestan servicios de inversión, cuentan con los medios organizativos, materiales y personales necesarios para ello, que valoran los activos a precios adecuados y que evitan conflictos de interés en sus decisiones.

En este sentido, Julio Segura advirtió que "si las empresas que prestan servicios de inversión hubieran tenido mejores sistemas internos de evaluación de riesgos y de control, muchas decisiones que finalmente han conducido a problemas no se habrían tomado".

También se contempla monitorizar los procesos de comercialización para asegurar que se cumplen los requisitos de la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID), y distinguir claramente entre las tareas de asesoramiento y comercialización.

Por último, preparar a la CNMV para que "el día que nos convirtamos en la CNSF (Comisión Nacional de Servicios Financieros), ni los inversoras ni los supervisados sufran una solución de continuidad en su trabajo y sus criterios".

Segura dijo que estas medidas, en el caso de la actual crisis, "llegan tarde", pero apuntó que en los próximos años la CNMV hará "todos los esfuerzos para tratar de mejorar la calidad de las conductas de los agentes en los mercados financieros".

INFORMACIÓN Y CONFIANZA

El presidente de la CNMV, Julio Segura, pronunció hoy en Zaragoza la conferencia inaugural del VIII Congreso Nacional de Economistas, sobre 'Mercados globales e innovación económica', que se desarrolla en el World Trade Center hasta mañana viernes. Segura disertó sobre las enseñanzas que la actual crisis financiera ha dado a los supervisores de mercados.

El presidente de la CNMV se mostró convencido de que si en la última década "se hubiera dado mayor peso, y un mejor tratamiento regulador, a los problemas de conducta", como la suficiencia de los medios organizativos de las empresas que prestan servicios financieros, el adecuado tratamiento de los conflictos de interés en el mundo financiero, el cumplimiento de prácticas adecuadas y de buen gobierno, la calidad de las políticas de comercialización y asesoramiento, las correctas prácticas de valoración o evitar el uso de información privilegiada, "es más que probable que no estuviéramos viviendo la situación actual".

Segura detalló como la transformación de los mercados financieros, que han buscado en las últimas décadas minimizar las trabas al libre movimiento del capital y se han internacionalizado, ha propiciado un nuevo modelo de banca con una "enorme capacidad de multiplicación crediticia, apalancamiento y diseminación de riesgos".

En su opinión, dos son los aspectos a destacar en la evolución de las turbulencias financieras que se iniciaron en 2007: la intensidad y rapidez del efecto contagio y el fallo del sistema de fijación de precios de algunos activos financieros.

Además, consideró que empresas, políticos y organismos reguladores ya sabían "desde tiempo atrás" que ciertos factores podrían desencadenar problemas en el futuro, porque "se sabía que existen ciclos de actividad y que las actuaciones procíclicas potencian los efectos expansivos pero hacen más duras y largas las crisis". De forma que la sorpresa no ha sido tanto las causas de la crisis, como la virulencia y rapidez con la que se ha propagado y se han secado los mercados interbancarios y de renta fija privada.

La crisis ha sido fruto de fallos "de todos los agentes" del sistema financiero con fallos del mercado, que no han dado una información clara y han propiciado la visión a corto plazo; fallos regulatorios, que han permitido el desarrollo de activos de baja calidad que se han diseminado por todo el sistema; y fallos en el diseño de políticas macroeconómicas, con unas condiciones de liquidez y coste de la financiación que han favorecido que se asuman niveles de riesgo y de endeudamiento no sostenibles.

Segura valoró que las medidas tomadas para salvar los efectos de la crisis son "inevitables en una situación de elevado riesgo como la que hemos vivido", porque "la estabilidad económica es un bien público que justifica" los recursos que se dediquen a preservarla, aunque asumió que estas medidas tendrán efectos negativos.

ENSEÑANZAS

El presidente de la CNMV, Julio Segura, indicó que, en el caso de los supervisores de mercado, la crisis otorga enseñanzas a tener en cuenta en el futuro. En primer lugar, que la política regulatoria "no debe ser procíclica". En este sentido, destacó el "gran éxito del Banco de España", que con su circular contable que regulaba la creación de provisiones de carácter anticíclico, ha propiciado que ahora las entidades de crédito españolas no tengan problemas.

La segunda enseñanza es que la autorregulación no funciona cuando existen conflictos de interés, lo que da sentido a que se regule el funcionamiento de las agencias de calificación, para evitar este tipo de conflictos en su actividad diaria.

También destacó que las crisis ya no afloran directamente como problemas de solvencia sino que se originan en los mercados; y, cuarta enseñanza, señaló que la opacidad de la distribución de riesgos ha dificultado a las empresas financieras su evaluación y gestión. En este campo, subrayó la necesidad de una estrecha coordinación entre supervisores y reguladores, que en España se ha canalizado a través del Comité de Estabilidad Financiera.

Sobre la coordinación entre agentes supervisores, a nivel internacional, Julio Segura observó que la crisis ha evidenciado la necesidad de que esta coordinación exista, pero estimó que "el camino que queda hasta llegar a algún tipo de supervisor europeo único es un camino bastante largo".

En quinto lugar, la complejidad creciente de los productos financieros hace que sean fundamentales unos procesos de comercialización minorista en los que se de información precisa e inteligible al inversor para que pueda tomar decisiones de forma ajustada a sus características. Así, la entrada en vigor de la directiva MiFID ha supuesto un cambio en las exigencias de comercialización y asesoramiento, al exigirse mayor transparencia en estos procesos.

También aclaró que una crisis mundial, como ésta, "no puede enfrentarse con iniciativas aisladas nacionales, ni siquiera de los Estados Unidos, sino que es necesaria la cooperación internacional.

En séptimo lugar, apeló a la confianza y a la transparencia informativa y, por último, remarcó que "la separación entre un supervisor de conductas y otro de solvencia es muy positiva para gestionar las situaciones de crisis".

Esto "va a estar de actualidad en España" cuando el Gobierno implemente el proyecto de sustituir el actual sistema de supervisión sectorial por un modelo funcional o twin peaks, en el que un supervisor, el Banco de España, se ocupe de la solvencia de las sociedades que prestan servicios de inversión, y el otro, la CNMV futura CNSF, supervise conductas y mercados de todos los agentes y proteja a todos los consumidores de servicios financieros.

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