Gescartera.- La firma tenía una lista 'B' de clientes que siempre tenían pérdidas, según una empleada de la agencia

Actualizado: miércoles, 10 octubre 2007 20:03

La secretaria de Camacho reconoce que en la empresa había "poca actividad laboral"

MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

La empleada del departamento de gestión y administración de Gescartera Cristina Gómez-García explicó hoy en el juicio oral que en la agencia de valores existía una base de datos "A" de clientes, a los que se asignaban pérdidas y ganancias en función de la rentabilidad contratada, y otra "B", cuyos clientes "siempre" tenían pérdidas y "nunca" ganancias.

Gómez manifestó que los tres empleados de su departamento tenían acceso a las dos bases de datos, pero que ninguno de ellos tenía potestad para introducir o sacar clientes de la base de datos "B". "Los clientes ya estaban allí o alguien los traía", afirmó la testigo sin determinar quien era la persona que captaba a dichos clientes.

La empleada manifestó que era "chocante" el elevado número de minusvalías que se aplicaron al cliente, sacerdote de Cuenca y testigo en la causa, quien "nunca" tuvo ganancias.

Por la mañana declaró la última secretaria que tuvo Antonio Camacho en Gescartera, Alicia Gómez Serrano, quien reconoció en el juicio oral, donde declaró como testigo, que en la agencia de valores había "poca actividad laboral".

Gómez comenzó a trabajar bajo las órdenes de Camacho en agosto de 2000 y se marchó de la empresa quince días antes de la intervención del 14 de junio de 2001 por la "falta de contenido laboral" de su puesto, por el que cobraba 1.200 euros al mes.

Gómez explicó que Camacho iba "muy poco" a la sede de la agencia de valores y que le daba las instrucciones "por teléfono". La secretaria afirmó que el "cerebro" de Gescartera manejaba una lista de 100 clientes propios y que ella sólo se encargó de "guardar en carpetas" los extractos de las inversionesde "algunos" de ellos.

La testigo explicó que cada mes el departamento de gestión y administración de Gescartera le remitía los extractos de cuenta pertenecientes a estos clientes.

Ella se los pasaba a Camacho, que era quien decidía a quien se le mandaba la información sobre sus inversiones y a quien no, y estas últimas iban a parar a las carpetas.

UN INVERSOR CON FUERTES MINUSVALÍAS.

La secretaria confirmó que Teodoro Bonilla era uno de los clientes de Camacho y que "siempre" le atendía personalmente. Bonilla perdió en minusvalías cerca de 1,7 millones de euros, que estaban destinados a crear una fundación para ayudar a la infancia, curas jubilados y medios de comunicación de la Iglesia.

El juicio oral por el fraude de Gescartera continuará el próximo lunes con la continuación de las declaraciones de los testigos aportados por el fiscal, Vicente González Mota. Entre ellos estarán el empresario hispano-iraní, Massoud Zandi, y varios consejeros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).