BARCELONA, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El candidato de CiU a las elecciones generales, Josep Antoni Duran, no descarta que España deba ser rescatada por Europa porque en las condiciones actuales "está para ser intervenida", y ha urgido al candidato del PP, Mariano Rajoy, a viajar a Bruselas el día siguiente de las elecciones si se convierte en presidente, para concretar qué medidas económicas emprenderá en el primer mes.
"Si yo fuera Rajoy, el 21 y 22 me desplazaría a Bruselas para explicar a Van Rompuy, Juncker y Barroso cuáles son las medidas que ha ocultado durante los últimos años y que aplicará a partir de su toma de posesión, y la hoja de ruta del resto de la legislatura", ha asegurado en rueda de prensa este viernes en el Recinto de la Escuela Industrial de Barcelona.
Tras advertir de que la situación que atraviesa España es difícil y complicada, también ha emplazado a Rajoy a hacer una gira europea y viajar a Berlín, París y Londres para dejar claro cuál es su ideario para intentar calmar a los mercados.
Aunque confía en que España no sea rescatada dado su peso en el seno de la Unión Europea, ha exigido que, una vez Rajoy gane las elecciones, haya la máxima coordinación con el Gobierno saliente de José Luis Rodríguez Zapatero y se ajusten al máximo los plazos para configurar el nuevo ejecutivo y las Cortes.
Y es que, según Duran, el comportamiento de la prima de riesgo castiga la falta confianza en el Gobierno socialista actual, y demuestra que los mercados tampoco confían en el que liderará Rajoy, probablemente por mayoría absoluta.
"Los mercados castigan el hecho de no conocer el programa que aplicará Rajoy, de un partido que, si bien gobernará, no ha tenido una actitud responsable, y ha pensado sólo en los intereses de partido y no de país", ha lamentado.
Duran también ha culpado a Europa del comportamiento de la prima de riesgo porque, a su juicio, debería haber apostado por la emisión de eurobonos hace tiempo, y ha instado al Banco Central Europeo a ser más activo y actuar más como la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Además de reprochar a los dirigentes de la Unión Europea su "pasividad incomprensible e históricamente recriminable" a la hora de intentar frenar la sangría de la deuda, ha reclamado un gobierno económico europeo.
