Economía/Empresas.- Ryanair obliga a un pasajero a desembarcar por hablar mientras explicaban las medidas de seguridad

Actualizado: miércoles, 27 febrero 2008 18:24

ROMA, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un pasajero a bordo de un avión de la aerolínea de bajo coste irlandesa Ryanair fue obligado a desembarcar después de que "molestara" a la azafata que estaba explicando las medidas de seguridad hablando con un tono de voz demasiado alto, según señala la prensa italiana.

Los hechos ocurrieron el pasado domingo, cuando un médico italiano que vive en Londres embarcó en un avión de la 'low cost' junto con su hijo de ocho años para realizar el trayecto entre Alguero y Londres-Stansted en el vuelo de las 10.05 horas.

Así, mientras la azafata explicaba las medidas de seguridad el viajero se puso a hablar y reír. Ante las acusaciones de la tripulante, el pasajero alegó que "conocía de memoria los procedimiento de emergencia y que viajaba tan a menudo que no le hacía falta prestar atención". La discusión acabó con el piloto llamando a la policía del aeropuerto para obligar al médico y a su hijo a desembarcar del avión.

El pasajero, que consiguió viajar a Londres el lunes, se personó en los oficinas de la policía del aeródromo, donde aseguró que denunciaría tanto ante las autoridades británicas como ante las italianas el incidente, tranquilizándose sólo cuando consiguieron embarcarle en un vuelo con destino Turín.

Por su parte, fuentes de Ryanair indicaron a Europa Press que durante las demostraciones de seguridad, el pasaje tiene que ser "respetuoso", ya que "los que no respetan las normas de seguridad ponen en peligro al resto de pasajeros". Asimismo, dichas fuentes recalcaron que "ante cualquier incidencia que tenga que ver con la seguridad del avión" tanto la tripulación como los pilotos están capacitados para tomar medidas.

Periódicos italianos recordaron el último incidente con el grupo de músicos 'Caribbean Steel International', que fueron obligados a desembarcar por ser sospechosos terroristas y que fueron recientemente indemnizados con 1.500 euros cada uno, tras la sentencia de un tribunal de Londres.