ZARAGOZA, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Economía del Gobierno de Aragón, Alberto Larraz, confió hoy en que el Comité de Empresa y la dirección de General Motors España alcancen un acuerdo en el menor tiempo posible. Larraz respondió a tres preguntas de Chesús Yuste (CHA) en el Pleno de las Cortes autónomas.
Tras aclarar que al Gobierno "le interesan los trabajadores y el futuro de la planta", el consejero reconoció que la tendencia es que el "corazón del negocio" sea "cada vez más restringido". Larraz dijo que el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, antepone la defensa de los puestos de trabajo en crisis de este tipo.
El titular de Economía recordó que se está negociando el convenio colectivo, el plan industrial, el plan de externalización y el despido de unos 900 trabajadores, lo que constituye "una negociación complicada" y expresó que tanto sindicatos como patronal prefieren que la DGA se sitúe, ahora, al margen de la negociación. Larraz dijo que ambas partes son "profesionales".
Los objetivos del Gobierno autónomo son que la negociación y su resultado no desgasten la factoría, que se mantenga la producción de vehículos al ritmo actual y que continúe la competitividad con las restantes fábricas de General Motors y las plantas de otras marcas. Por otra parte, Alberto Larraz indicó que ha disminuido, en los últimos 25 años, el peso relativo de la automoción en la economía aragonesa.
Por su parte, Chesús Yuste preguntó "cómo aspiran a mantener la producción" reduciendo el número de trabajadores, ya que no hay revolución tecnológica que pueda "soportar" esta carga. El parlamentario de CHA preguntó "qué mensaje está dando General Motors a sus trabajadores" sobre la utilidad de producir más o menos.
La "amenaza" sigue ahí aunque haya quedado "aparcada" y añadió que "un resfriado en General Motors pone a estornudar a toda la economía aragonesa", tras lo que opinó que a Marcelino Iglesias sólo le preocupa mantener la producción en la planta de Figueruelas en lugar de conservar los puestos de trabajo.
Si se destruyen 900 empleos en la planta de General Motors en Figueruelas, los afectados se emplearán en otras empresas con peores condiciones laborales y salariales, previó Yuste, quien consideró que este es un hecho "indefectible".
