Bruselas dice que el reglamento no puede derogarse hasta que haya maquinas fiables para detectar líquidos explosivos
BRUSELAS, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El joven catalán David Raya, que padece fibrosis quística y diabetes, presentó hoy ante la Comisión de Peticiones de la Eurocámara una queja contra la norma que limita la cantidad de líquidos que se pueden llevar en el equipaje de mano de los aviones. Según explicó, este reglamento le provoca constantes problemas para poder transportar los medicamentos que necesita para tratarse porque no es público y se aplica de forma arbitraria. Por ello reclamó que se suprima o se modifique.
La Comisión Europea lamentó las dificultades con las que se encuentra Raya, anunció que pronto se publicará esta legislación en su totalidad, y resaltó que sólo podrá suprimirse cuando se desarrollen maquinas que puedan detectar en los controles aeroportuarios líquidos explosivos en el equipaje de mano.
En su comparecencia ante la comisión de Peticiones, Raya explicó que por sus enfermedades debe tomar cada día más de 40 pastillas y otros medicamentos líquidos. El día después de la entrada en vigor de las restricciones a los líquidos, el 7 de noviembre de 2006, debía tomar un avión de Berlín a Barcelona. Y, al llevar consigo estos medicamentos, en el aeropuerto de Berlín le aplicaron controles "muy exhaustivos" y "muy humillantes", según consta en su denuncia.
"Mis insulinas, mis antibióticos, mis aerosoles y mi máquina de vaporizar la medicación se habían convertido de la noche a la mañana en armas de destrucción masiva y yo en un supuesto yihadista con un máster en Química para poder mezclar todos mis medicamentos y crear un explosivo", dijo a los eurodiputados.
Explicó que, por su condición de diabético, lleva siempre consigo una lata de Coca-Cola para recuperar los niveles de azúcar en la sangre. "En algunos aeropuertos, la Coca-Cola ha podido subir conmigo y en otros ha sido declarada peligrosa y sospechosa de terrorismo", indicó. Además, cada vez que coge un avión debe mostrar a la Policía y a los vigilantes de seguridad un historial médico que "es confidencial o debería serlo".
"Como ciudadano europeo, como miembro del colectivo de enfermos crónicos, siento que esta normativa vulnera mis derechos. Es absurda, ineficaz, discriminatoria y secreta. Por eso hoy les quiero pedir aquí que se derogue o que se modifique", señaló.
La representante de la Comisión, Marion Knoben, dijo que el Ejecutivo comunitario "lamenta profundamente" el trato que se le dispensó a Raya en el aeropuerto de Berlín, pero alegó que este trato no fue consecuencia de la normativa europea. En este sentido, explicó que el reglamento contempla excepciones para los medicamentos, que cubren "tanto los medicamentos en el sentido estricto como otros líquidos, incluidas las bebidas sin alcohol, cuando se usan con fines médicos".
La funcionaria del Ejecutivo comunitario explicó que Bruselas tiene previsto publicar todos los anexos de la norma sobre restricciones de líquidos que todavía son secretos para lograr una mayor transparencia. En cuanto a la a supresión del reglamento, Knoben explicó que "estamos buscando alternativas para que los líquidos puedan introducirse a bordo de los aviones, pero esto cuesta tiempo porque tenemos que desarrollar la maquinaria para distinguir los líquidos explosivos de los líquidos como tales".
Durante el debate posterior, el eurodiputado conservador británico Robert Atkins dijo que considera que esta norma es "absolutamente esencial" para luchar contra el terrorismo. A su juicio, el problema está en cómo se aplica y cómo garantizar que el personal de seguridad de los aeropuertos lo haga correctamente.
El representante de Izquierda Unida, Willy Meyer, señaló que se trata de una norma "oscurantista" y recordó que la abogada general del Tribunal de Luxemburgo ha pedido que se declare "inexistente". En este sentido, dijo que el anuncio de la Comisión de que publicará su contenido demuestra que la batalla de David Raya "no caerá en saco roto".
Por su parte, el eurodiputado de CiU, Ignasi Guardans, criticó que con esta norma "la Comisión impone a los ciudadanos una serie de prohibiciones y, en teoría, un conjunto de excepciones, en una regla secreta, y eso deja mucho margen de maniobra para la arbitrariedad".
En el mismo sentido se expresó el representante de Los Verdes, David Hammerstein, para quien la norma sobre los líquidos crea "situaciones kafkianas". "Son reglas oscurantistas y secretas y así no puede funcionar un Estado de derecho", lamentó. Finalmente, la socialista Inés Ayala reclamó armonizar el modo en que se aplica este reglamento en todos los Estados miembros.
