Billetes de dólar en Toronto
MARK BLINCH / REUTERS
Actualizado: martes, 5 septiembre 2017 14:25

MADRID, 5 Sep. (EDIZIONES) -

El euro ha echado el freno. La incesante subida de la moneda única frente a las demás monedas importantes cesó la pasada semana después de que algunos funcionarios del BCE filtrasen su incomodidad con el ritmo de apreciación que estaba siguiendo.

La revelación de estos informes debilitó al euro y lo derribó de los máximos alcanzados el pasado martes, cuando superó el nivel psicológico del 1,20.

La información tuvo tanto impacto que, según apuntan los analistas de Ebury en su análisis semanal sobre el mercado de divisas, ni el débil dato del mercado de trabajo en EEUU fue suficiente para detener la venta de la moneda europea.

El euro, acabó así la semana cerca de un 1,5% por debajo de sus niveles alcanzados en términos ponderados del mercado. Una reducción de la que la libra fue la mayor beneficiada.

Esta semana el punto de mira está en la reunión del BCE, en la que que los analistas esperan el anuncio de que la decisión de extender la compra de deuda (QE), será aplazada hasta el próximo octubre o diciembre.

EL EURO PENDIENTE DEL BCE

Esta semana la evolución de la cotización de la moneda europea estará ligada a la decisión del organismo dirigido por Mario Draghi. Los analistas prevén que en la reunión del próximo jueves las discusiones clave giren en torno a las proyecciones para la inflación, de la que se espera una significativa reducción en su pronóstico. Esto, según los expertos, podría estar explícitamente imputado a la fortaleza de la moneda.

LA LIBRA ARRANCA FUERTE

Todo lo sucedido al euro durante la pasada semana ha provocado que la libra haya experimentado su mejor comportamiento semanal en meses pese a no haberse producido mejoras en el flujo de noticias sobre las negociaciones del Brexit, eso sí, respaldada con la ayuda del buen dato manufacturero.

LOS MERCADOS IGNORAN LOS MALOS DATOS PARA EL DÓLAR

Aunque los datos de creación de empleo en EEUU fueron peor de lo esperado y también los del crecimiento de los salarios y los del desempleo, los mercados de divisas la semana pasada fueron optimistas e ignoraron las malas noticias centrando su atención en los movimientos hacia adelante en los recortes de impuestos y en la preocupación del BCE sobre la fortaleza del euro.

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