Revilla cree que el criterio de población en la financiación es "rechazable" para un Gobierno "que se diga progresista"

Actualizado: domingo, 10 agosto 2008 15:28

CABEZÓN DE LA SAL, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aseguró hoy que el criterio de la población a la hora de definir la reforma del modelo de financiación autonómica es "rechazable para cualquiera con un mínimo de conciencia social y más aún por un Gobierno que se diga progresista".

Revilla realizó estas declaraciones durante su intervención en el discurso institucional con motivo del Día de Cantabria, que conmemora hoy en la localidad de Cabezón de la Sal que este ayuntamiento fuera el primero en solicitar la Autonomía para esta comunidad.

El presidente cántabro señaló que fijar la financiación en función del número de habitantes es "un criterio absolutamente injusto", y recordó la postura de esta comunidad autónoma de introducir un mecanismo "corrector".

En él, se incluirían aspectos como la dispersión de la población por el territorio o las repercusiones del coste de los servicios públicos como consecuencia de la orografía, de forma que "salga algo coherente y progresista".

Se trata de un criterio "tan elemental", "justo" y "de sentido común" que Revilla confió en que finalmente será tenido en cuenta por el presidente del Gobierno central, algo de lo que se mostró "seguro".

Igualmente, rechazó que se empleen las recientemente difundidas balanzas fiscales de las comunidades autónomas para definir el nuevo modelo, y comparó este sistema a los impuestos, que, explicó, se inventaron para "redistribuir la riqueza".

"Todos aspiramos a que un día nacer en Extremadura no sea un handicap en relación a nacer en Cataluña o Madrid", aseveró el presidente de Cantabria, para quien en este tema "espinoso" hay una parte de "teatro" por parte de las comunidades.

Finalmente, Revilla comparó este debate sobre la revisión del modelo, que se abordará a partir de septiembre, con "una carrera para ordeñar una vaca", que es el Estado, a quien "todo el mundo quiere ordeñar".