Greenpeace reclama el fin de la sobreexplotación del agua y cambie el modelo agr - PEDRO ARMESTRE PARA GREENPEACE - Archivo
MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Greenpeace exige al Gobierno que persiga realmente la sobreexplotación de los recursos hídricos, se acabe con las extracción de agua de pozos ilegales y se de un giro al modelo de agricultura y ganadería en España para frenar la desertificación, cuyo riesgo alcanza a más de tres cuartas partes del país.
Con motivo de la celebración este miércoles del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, la ONG insta al Ejecutivo a reducir las emisiones de CO2 en al menos un 55 por ciento en 2030 respecto a 1990 y a lograr emisiones netas cero no en 2050 sino en 2040.
Además, exige un cambio en la política hidráulica con un enfoque integrado en la gestión de la demanda, que implique a "todos" los sectores demandantes de agua y que tengan en cuenta los caudales ecológicos.
Otra de sus demandas en este sentido al Gobierno es la persecución de la sobreexplotación y la contaminación de los recursos hídricos, la proliferación de pozos ilegales y el mal uso del agua.
Asimismo, pide que se garantice una política forestal, basada en una silvicutura eco-hidrológica en línea con las necesidades del país más árido de Europa, que adapte los ecosistemas forestales a los nuevos escenarios de cambio climático y evitar la proliferación de viviendas y urbanizaciones en los espacios forestales y concienciar a la sociedad sobre el riesgo de los incendios.
Igualmente exige un cambio "radical" del actual modelo agrícola con una sustancial disminución de los regadíos intensivos e industriales y apoyar la agricultura y ganadería de base agroecológica y de pequeña escala.
En ese sentido, pide que se frene la expansión de la ganadería industrial y una moratoria estatal a las nuevas granjas mientras se desarrolla un plan para reducir la cabaña ganadera.
La ONG recuerda que la desertificación en España agrava la vulnerabilidad del país ante la emergencia climática en un momento en l que siete de las diez cuencas hidrográficas con más sequía crónica de toda Europa están en España.
En este contexto, apunta que de acuerdo con datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, prevé que la Península Ibérica sea la región europea más afectada por la sequía, por causas principales como la sobreexplotación de los recursos hídricos, la agricultura intensiva y la urbanización irracional.
Por ello, Greenpeace insiste en que solo cambiando las políticas hidráulica, forestal y agrícola se podrá frenar uno de los principales problemas del futuro. Datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico admiten que entre el 75 y el 80 por ciento de España está en riesgo de convertirse en desierto.
La ONG explica que desertificación y sequía son dos fenómenos diferentes pero "íntimamente relacionados" por la acción que en el ser humano que se agravará en el futuro por el cambio climático y que además tiene efectos "devastadores" para el medio ambiente y la biodiversidad así como consecuencias sociales y económicas.
El riesgo de desertificación y sequía es especialmente grave en el sur de Portugal, España y el sur de Italia, el sureste de Grecia, Malta, Chipre y las zonas ribereñas del mar Negro en Bulgaria y Rumanía y la Agencia Europea de Medio Ambiente espera que la Península Ibérica sea la región europea más afectada por el aumento de episodios de sequía.
El Gobierno contempla que las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas en España llegarán a los 37,4 millones de hectáreas del total de 50,5 millones de hectáreas de superficie del territorio.
"Ante el riesgo acuciante de desertificación y sequía en España, y los devastadores problemas asociados, sólo hay una solución: frenar el cambio climático y fortalecer el medio rural" ha declarado Julio Barea responsable de agua de Greenpeace que considera "fundamental" darle la vuelta al sistema y cambiar el modo de consumo y producción para evitar que España se convierta en un territorio desertificado en los próximos años.