Actualizado 04/06/2009 11:15

Cerca de 7.000 somalíes se refugian cada mes en Kenia huyendo de la guerra y el hambre

Somalia
UNICEF Somalia

DADAAB (KENIA), 4 Jun. (Reuters/EP) -

Alrededor de 7.000 somalíes entran cada mes en Kenia huyendo de la guerra y del hambre, colmantando el que ya es de por sí el mayor grupo de campamentos de refugiados del mundo, según advirtió este jueves el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

"Hemos recibido una media de 7.000 refugiados por mes desde enero y, por lo que nos han dicho, el principal motivo para dejar su país es el aumento de la inseguridad", declaró la responsable de ACNUR en Dadaab (norte de Kenia), Anne Campbell. "Estamos preparados para un aumento del flujo a mediados de junio, teniendo en cuenta que las lluvias han impedido llegar a la frontera a los que están huyendo en estos momentos", explicó Campbell.

Situada a unos cien kilómetros de la frontera, Dadaab cuenta con tres importantes campamentos de refugiados, Dagahaley, Ifo y Hagadera. Los campamentos fueron instalados en 1991 para albergar a 90.000 personas, pero en la actualidad acogen a 275.000, en su mayoría somalíes.

Las agencias humanitarias han advertido de que el número de refugiados aumenta constantemente y han pedido más espacio al Gobierno keniano. Aparte, con el aumento del precio de los alimentos y con la caída de las donaciones internacionales a causa de la crisis financiera global, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha advertido del riesgo de que escaseen los suministros para Dadaab.

Alrededor de 80.000 personas han muerto sólo en los dos últimos años de conflicto armado en Somalia, protagonizados por las milicias islámicas y por las tropas del nuevo gobierno de transición, que representa el decimoquinto intento de restaurar un poder central en el país desde el desmoronamiento del Estado en 1991. Un millón de somalíes están desplazados en su propio país, tres millones precisan de ayuda alimentaria de emergencia y cientos de miles están refugiados en Yibuti, Etiopía y Kenia.

Este último país cerró sus fronteras en 2006 para impedir la entrada de los islamistas tras su derrocamiento del poder por parte de las fuerzas conjuntas etíopes y del Gobierno de transición. La ONU mantiene negociaciones con las autoridades kenianas para que reabran los pasos fronterizos, pero Nairobi sostiene que la apertura de las fronteras podría exponer al país a una entrada masiva de refugiados y armas ligeras que agravaría aún más la inseguridad.